Homilía. 27 domingo TO_C
No vivimos tiempos fáciles, quizá porque son más desconcertantes de lo que esperábamos. Y el desconcierto ante lo que vivimos hace que las respuestas que nos dábamos y que valían en determinadas circunstancias, hoy resulten confusas, sin apuntar a un claro horizonte de esperanza y humanización. En muchas cuestiones parece que retrocedemos en derechos, en dignidad, en humanidad. Parece que la injusticia vence. Son momentos de desencanto, de indiferencia, de cansancio, de escepticismo, de individualismo… de desvinculación de lo común, de desvalorizar lo comunitario, de renunciar a las utopías. Ante esa situación nuestra fe quizá se desvanece, o nos vemos envueltos en oscuridad, en duda, en inseguridad. Tenemos que aprender, una vez más, a creer inmersos en ese horizonte de crisis. Y ese aprendizaje comienza con un grito, casi apagado: “Señor, auméntanos la fe”. La fe va creciendo en nosotros lentamente, como todo lo importante, fruto de una búsqueda paciente y de una acogida ...