OS ANUNCIO que comienza el Adviento. Alzad la vista, restregaos los ojos, otead el horizonte. Daos cuenta del momento. Aguzad el oído. Captad los gritos y susurros, el viento, la vida... EMPEZAMOS EL Adviento, y una vez más renace la esperanza en el horizonte. Al fondo, clareando ya, la Navidad. Una Navidad sosegada, íntima, pacífica, fraternal, solidaria, encarnada, también superficial, desgarrada, violenta...; mas siempre esposada con la esperanza. ES ADVIENTO esa niña esperanza que todos llevamos, sin saber cómo, en las entrañas; una llama temblorosa, imposible de apagar, que atraviesa el espesor de los tiempos; un camino de solidaridad bien recorrido; la alegría contenida en cada trayecto; unas huellas que no engañan; una gestación llena de vida; anuncio contenido de buena nueva; una ternura que se desborda... ESTAD ALERTA y escuchad. Lleno de esperanza grita Isaías: «Caminemos a la luz del Señor» . Con esperanza pregona Juan Bautista: «Convertíos, porque ya llega el reino de Dios»...