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Mostrando entradas de agosto, 2015

East Saint Louis Toodle-Oo (1927)

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Standars II

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SABER ESCUCHARTE, SABER LIBERARME

Ahora sí, Señor, ahora ya sé escuchar tu voz, a pesar de mis prejuicios y torpes decisiones diarias, y creo en ella, con paz y alegría, y deseo que deje huella en mi vida. ¡Tanto tiempo con la mochila a tope, cansado desde el primer paso, sudando la gota gorda, sin poder levantar la vista, doblegado y triste... pensando que seguía tus huellas! Pero Tú me has despertado del falso sueño de las responsabilidades. Has descargado mi mochila de inútiles seguridades y falsas necesidades, y me has dicho con voz amiga: camina ligero de equipaje. Y luego, como susurrando: Normas de obligado cumplimiento y un culto externo y vacío atan el cuerpo y el espíritu y pesan demasiado para el camino. ¡Yo quiero corazones libres y limpios! Ahora sí, Señor, ahora ya sé escuchar tu voz amiga y su eco en el horizonte, y estoy aprendiendo a aligerarme, a caminar erguido y a gozar de tu compañía. Ahora sí, Señor, camine o descanse, te siento a mi lado, y no me pesa la vida

Standars I

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NO AFERRARNOS A TRADICIONES HUMANAS

22 Tiempo Ordinario - B (Marcos 7,1-8.14-15.21-23) 30 de agosto 2015 José Antonio Pagola No sabemos cuándo ni dónde ocurrió el enfrentamiento. Al evangelista solo le interesa evocar la atmósfera en la que se mueve Jesús, rodeado de maestros de la ley, observantes escrupulosos de las tradiciones, que se resisten ciegamente a la novedad que el Profeta del amor quiere introducir en sus vidas. Los fariseos observan indignados que sus discípulos comen con manos impuras. No lo pueden tolerar: «¿Por qué tus discípulos no siguen las tradiciones de los mayores?». Aunque hablan de los discípulos, el ataque va dirigido a Jesús. Tienen razón. Es Jesús el que está rompiendo esa obediencia ciega a las tradiciones al crear en torno suyo un «espacio de libertad» donde lo decisivo es el amor. Aquel grupo de maestros religiosos no ha entendido nada del reino de Dios que Jesús les está anunciando. En su corazón no reina Dios. Sigue reinando la ley, las normas, los usos y las costumbres mar

Rosa

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Falacias de la beneficencia injusta

Las noticias del verano suelen ser aburridas. De falsedad suelen andar a la par con las del resto del año, pero son viejunas y sosas, reiteradas. Ya algunos medios hasta ensalzan la decisión de los diputados de Podemos de donar el excedente de sus dietas a becas de comedor . ¡Qué solidarios! Es verdad que hay otros diputados que se las embolsan, seguramente sin que las necesiten. Pero en la ley está la trampa. Yo creía que estos chicos de Podemos no entrarían en el perverso juego de la beneficencia injusta, pero han entrado, lo que significa que, a lo mejor, no tienen claro lo de la justicia, y eso. Por si les sirve, por si les ayuda, voy a ver si en unos brochazos, les explico lo que me parece mal: En primer lugar, lo que uno haga con su dinero personal, aquel que recibe legalmente por trabajar, al que tiene derecho, y en cuyo uso y las decisiones que uno tome, nadie se puede meter, según nuestra cultura, es algo que no es ensalzable. Aun cuando se destine a la caridad, a la

Alma de mujer

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Pecado cordial

La lectura de un excelente artículo de Pedro Rodríguez Panizo en el número de verano de la revista Sal Terrae me ha hecho encontrarme con la expresión de Ortega que da título a esta entrada: pecado cordial. Y me ha hecho rememorar lo sucedido hace unos días, y recordar lo que sentí, lo que el artículo me confirma. No iba yo descaminado. Ortega habla de pecado cordial para referirse al que tiene su sede en los pliegues del corazón: la injusticia de la sordera ante los matices casi infinitos del dolor ajeno; la ceguera ante la estimación de los valores, que piden compromiso más que hacer cosa de ellos; las palabras dichas a destiempo o no dichas cuando conviene; el pensamiento de "brocha gorda", que lleva al tópico, al lugar común, a lo chabacano y superficial. Yo no sabía el nombre, pero era consciente de la existencia de ese pecado en mi vida. Ahora lo nombro, y me reafirmo en que se trata de pecado, un pecado de injusticia.  Hace unos días sentí la necesidad d

Camino

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Nos gusta revolcarnos en el lodo.

Debe ser algo atávico, enraizado en nuestros genes. Debe ser algo que está tan encarnado en nuestras carnes morenas que no sale con estropajo, por mucho que frotes. Aunque nos sumergiéramos en alcohol, o en ácido, ahí seguiría estando, pegado a los restos. Nos gusta; no cabe otra explicación. Nos satisface en extremo hasta el paroxismo del placer. Porque si no, no se explica que nos sintamos a gusto conviviendo con la mentira, que la busquemos, que la ensalcemos, que estemos dispuestos a morir defendiendo su falsedad, y que construyamos nuestra vida sobre su cimiento. Nos tragamos lo que nos echen, nos lo creemos, no movemos un dedo por verificar la certeza o autenticidad de los hechos, sacralizamos opiniones y boutades del primero que asoma, solo porque nos resultan sonoras. Siempre he dicho, y sigo creyéndolo, que no todas las opiniones son respetables. Algunas, en absoluto. Serán respetables las personas, y su derecho a opinar -¡ay!- aunque sea para decir sandeces. La sandez,

Parachic

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Pot Belly

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Poinciana

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¿A QUIÉN IREMOS, SEÑOR?

Las palabras de los políticos están llenas de promesas vanas y, aunque elocuentes y con amplia acogida, pasado el tiempo de campaña se las lleva el viento de cada día, pues son palabras ensayadas, vacías, que ocultan ambiciones personales rastreras. ¡Tú sí tienes palabras de vida! Las palabras de la publicidad rara vez nos dicen la verdad; pensadas para seducirnos y llevarnos por los caminos del consumo martillean nuestros sentidos con astucia y persistencia; son palabras capciosas y engañosas, vestidas para triunfar en el campo de batalla. ¡Tú sí tienes palabras de vida! Las palabras de los predicadores -curas, obispos y clérigos de toda índole- ya no sorprenden a nadie, pues nos llegan domesticadas con explicaciones e interpretaciones; sus teológicas palabras sagradas no liberan ni alegran nuestra vida; más bien nos enredan y confunden. ¡Tú sí tienes palabras de vida! Las palabras de los mcs -prensa, radio, televisión, internet- saturan cada día más n

Concierto para clarinete

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Dios llena el silencio

El silencio es uno de los mayores regalos. El silencio del mar o la montaña, el de la ciudad aún dormida, el del día que despunta. El silencio prolongado, sostenido, obliga a oír, a prestar atención a cuanto lo habita. Dios llena el silencio poniéndome a la escucha de historias, como la de Noemí y Rut, y tantos obligados a emigrar. Dios llena el silencio con su ternura que me acoge en mi pecado, con misericordia. Dios me recuerda en el silencio mi condición de peregrino para descubrir en el silencio, a cada paso, el susurro de Dios, para hacer de cada momento espacio de hospitalidad. Y Dios en el silencio me sigue animando a reemprender el camino que aún queda por recorrer. Esta mañana tengo que agradecer el silencio, y al Dios que lo habita.

my baby just cares for me

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Subway Köln 1998

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Construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero

La Canción de la XIII Asamblea General de la HOAC

Coge las maletas

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Me la presta Manolo Copé. A él, de momento, no le hace falta.

Tanto lienzo, y ¡tan poca palabra!

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Terminada la Asamblea General, la 13ª, de la HOAC, regresado a Sevilla por pocos días, toca empezar, ya de forma definitiva, una nueva etapa en mi vida. Estos próximos días serán de comer lo que no se ha de quedar en la nevera, de coladas y planchas de la ropa del viaje, de cerrar cuestiones en esta ciudad, de hacer maletas y planificar el viaje, y partir. No hay mucho que llevarse: la ropa necesaria, por supuesto; papeles, algún libro pendiente de leer y alguno que será imprescindible; el ordenador y algunos cacharros más por lo sentimental que por lo útil. Los equipajes de un cura deben ser así: ligeros. Este peregrino emprende una nueva etapa del viaje de la vida. Con los lógicos miedos, pero cargado de esperanzas y de ilusiones. No por lo que yo vaya a hacer, no por los méritos de lo que yo haga, sino por la vida que se abre delante de mí como un regalo inmerecido: nuevos lugares, nueva tarea, nuevos compañeros, nuevo equipo, nuevos horizontes y esperanzas... Todo inmer

Las dos orillas

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Mermelada de clarinete

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In trutina

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Guárdame

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Chisa

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Resurrección

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Sonata 29, Beethoven

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Let's Fall In Love

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Nunca me dejes marchar

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Anhelando vida verdadera

Aquí estoy, Señor, con hambre y sed de vida. Soñando que me lo monto bien, creyendo que sé vivir, consumo febrilmente ligeros placeres, no más que golosinas, precarias sensaciones arañadas aquí y allá… Y mi hambre y sed no desaparecen. Esto ya no es vida sino simulacro, una vida sin calidad de vida. Aquí estoy, Señor, con hambre y sed de vida. Pero acostumbrado a lo refinado y elaborado, lo auténtico sólo entra con filtros. Demasiado educado para ser blasfemo. Demasiado tradicional para ir más allá de lo legal. Demasiado cauto para saborear triunfos. Demasiado razonable para correr riesgos. Demasiado acomodado para empezar de nuevo… Y mi hambre y sed no desaparecen. Esto ya no es vida sino simulacro, una vida sin calidad de vida. Aquí estoy, Señor, con hambre y sed de vida. Mas sin pedirte mucho, para no desatar tu osadía; amando sólo a sorbos, para no crear lazos; rebajando tu evangelio, para hacerlo digerible; soñando u

Pensé en tí

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ATRACCIÓN POR JESÚS

19 Tiempo Ordinario - B (Juan 6,41-51) 09 de agosto 2015 José Antonio Pagola El evangelista Juan repite una y otra vez expresiones e imágenes de gran fuerza para recordar a todos que han de acercarse a Jesús para descubrir en él una fuente de vida nueva. Un principio vital que no es comparable con nada que hayan podido conocer con anterioridad. Jesús es « pan bajado del cielo» . No ha de ser confundido con cualquier fuente de vida. En Jesucristo podemos alimentarnos de una fuerza, una luz, una esperanza, un aliento vital... que vienen del misterio mismo de Dios, el Creador de la vida. Jesús es « el pan de la vida ». Por eso, precisamente, no es posible encontrarse con él de cualquier manera. Hemos de ir a lo más hondo de nosotros mismos, abrirnos a Dios y « escuchar lo que nos dice el Padre ». Nadie puede sentir verdadera atracción por Jesús, « si no lo atrae el Padre que lo ha enviado ». Lo más atractivo de Jesús es su capacidad de dar vida. El que cree en Jesucristo y sabe

It's all in the game

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Danza de Zugarramurdi

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Garganta con arena

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Bassin Street Blues

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my baby just cares for me

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Feeling good

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Es maravilloso

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EL CORAZÓN DEL CRISTIANISMO

18 Tiempo Ordinario - B (Juan 6,24-35) 2 de agosto 2015 José Antonio Pagola La gente necesita a Jesús y lo busca. Hay algo en él que los atrae, pero todavía no saben exactamente por qué lo buscan ni para qué. Según el evangelista, muchos lo hacen porque el día anterior les ha distribuido pan para saciar su hambre. Jesús comienza a conversar con ellos. Hay cosas que conviene aclarar desde el principio. El pan material es muy importante. Él mismo les ha enseñado a pedir a Dios «el pan de cada día» para todos. Pero el ser humano necesita algo más. Jesús quiere ofrecerles un alimento que puede saciar para siempre su hambre de vida. La gente intuye que Jesús les está abriendo un horizonte nuevo, pero no saben qué hacer, ni por dónde empezar. El evangelista resume sus interrogantes con estas palabras: «y ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?». Hay en ellos un deseo sincero de acertar. Quieren trabajar en lo que Dios quiere, pero, acostumbrados a pen

Variaciones Goldberg

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Si todo ha salido según lo previsto, este es el día de comienzo de las vacaciones. Hay música para rato. Y espero que oración, descanso, relax, naturaleza, y si puede ser un poco de lluvia, mejor.