Confieso que mi tentación es escribir de lo que me enerva por estas fechas cada año: el despropósito de la cercana semana santa sevillana, convertida desde hace tiempo en una afición sin Dios, mero reclamo turístico y comercial, asociada a una superficialidad de sentimientos que no pone en juego la existencia. Pero, como tengo que reconocer que eso es cultura, en el sentido que expone González-Carvajal, -es decir, que es algo colectivo y generalizado, que no requiere ningún esfuerzo de asimilación, pues solo basta dejarnos llevar por lo que nos rodea, y ni siquiera necesita la fe-, pues me remito a reflexiones anteriores sobre este triste tema y me dedico a otra cosa, mariposa. Prefiero, movido por acontecimientos recientes, pararme en otros aspectos que se van haciendo cultura -modo de vida- y me preocupan mucho más por lo que tienen de deshumanizador. Si la cultura, en el fondo, es esa manera de vivir que hoy asumimos de modo colectivo, por ósmosis e inconscientemente, creo que ...