Lo que me ahorro en drogas, para el piso

Esto es lo que deben pensar mucho de nuestros jóvenes, si tenemos en cuenta como funciona la economía de nuestro mundo, el mercado laboral, la misma sociedad, y sobre todo leyendo determinadas noticias como esta noticia a la que puedes acceder en el siguiente enlace http://www.diariodesevilla.com/23106_ESN_HTML.htm : LAS DROGAS EN ESPAÑA, las más baratas de la UE.
Une eso a la noticia a la que aludía en otra entrada de este blog "¿El futuro en sus manos?". Únelo a otras que salen hoy en la prensa diaria, diciendo de antemano que nos da igual el botellón, que es imposible hacer nada, que no hay medios.
No hay duda de que este país es todo un oasis de esperanza para nuestros jóvenes. Porque si, además de no poder comprarse el piso por lo caro, si además de no poder pagarse las copas por lo caras, las drogas fueran las más caras de la UE, el poco trabajo no fuese tan precario, y encima tuviesen capacidad de comprender lo que oyen, entonces sería muy triste su vida, y deseperanzado su futuro...
Pero para eso están nuestros políticos y gobernantes, para que al menos el botellón y la droga barata les puedan aliviar el día. Eso siempre da una esperanza ¿no?

Comentarios

  1. Piove? Porco Governo!

    Me cuesta imaginar a políticos y gobernantes urdiendo botellonas juveniles o maquinando para alterar el precio de las drogas. Quién sabe, quizá lo hagan.

    Curioso país este. Con tan poco aprecio por lo público, pero siempre mirando al poder. Para acusarlo de ser la causa de nuestros problemas o para exigirle que los resuelva.

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  2. ¡Cuántos temitas mezclados en este asunto!

    Chico, mira, a mi el precio de las drogas, del alcohol, de la vivienda, la existencia de los trabajos en precario, ... no sé... me parece que no es exclusivo de ser joven hoy día. Cuando yo era joven también existían.

    Lo de la botellona es lo más llamativo por concentrar grandes masas de personas, pero vamos, que es una moda como otras, con el agravante de poner a los gobernantes en el compromiso de optar por dejar dormir a los que no participamos o de divertirse a los que la montan.

    Estos jovenes, lamentablemente, acabarán como nosotros: trabajando duro y pagando una hipoteca. Aunque espero que tengan la fuerza suficiente para cambiar lo que no funciona.

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