Solo una firma...

En estos últimos meses ha alcanzado mayor vuelo el desarrollo de la campaña "Pobreza cero" y "Sin duda sin deuda". Ambas, junto con otras similares, tienen objetivos comunes en relación con los Objetivos del Milenio. Una de las acciones sencillas que se proponen es la recogida de firmas para enviar al Presidente del Gobierno, a los representantes españoles ante la UE, y a las Instituciones financieras, una triple petición:
1. Condonación total de la deuda de los países pobres altamente endeudados, los países menos adelantados y los países de Africa Subsahariana.

2. Reducción de la deuda externa de los países de Indice de Desarrollo Humano medio, revisando los criterios de sostenibilidad de la deuda.

3. Promoción del establecimiento de nuevas reglas financieras internacionales, que garanticen la corresponsabilidad de acreedores y deudores, y la creación de un organismo de arbitraje justo y transparente.


Yo he ido recogiendo firmas por doquier, en unos sitios con más éxito que en otros. En uno de ellos, en mi trabajo, dejé la hoja de firmas en un lugar de paso de bastantes compañeros, pensando que no hay mejor publicidad que la transmisión oral de las propias experiencias, y así, si uno firmaba lo contaría a otros, quienes al acercarse, posiblemente firmaran, o preguntaran por la hoja de firmas.


En casi tres semanas he recogido cinco firmas. A lo mejor yo no he sabido escoger la estrategia, pero puedo asegurar que más de cinco han tenido la hoja de firmas en sus manos, sin que por ello se hayan sentido invitados a firmar o a preguntar.


Mi reflexión es triste. Porque necesariamente me hace pensar en la indiferencia con que vivimos, no solo las grandes cuestiones de la aldea global, sino, del mismo modo, las pequeñas cuestiones que conforman la vida cotidiana. Si una firma nos resulta costosa, aunque no nos comprometa nuestro estilo personal de vida, cualquier otra acción más cercana, sobre realidades cotidianas, que necesariamente tienen que implicarnos, nos resultará másdifícil de emprender. Y pienso que por este camino se abre brecha al individualismo de esta sociedad en tromba, dejando poco espacio a aquellas cuestiones que pueden dar sentido a nuestra vida.


Pero, en fin, las firmas florecen por otras partes, y las dificultades se convierten en retos para quienes soñamos que hay un presente y un mañana mejor, y estamos convencidos de que es posible realizarlo aquí y ahora.



Comentarios

  1. NOVIEMBRE. UN TIEMPO PARA LA ESPERANZA.

    María espera, mientras descorre los visillos de la ventana y se regocija escuhando cómo los pájaraos cantan a las hojas que se dejan caer de los árboles para poder besar así el suelo.

    Su espera es esperanza porque Aquél a quien espera ya está aquí, ya está en ella; aunque sólo lo sea a manera de esbozo.

    El ser ya completo, aunque incloncluso late y se mueve en su seno.

    Es éste el más impresonate referente al que poemos mirar cuando nuestra esperanza mengüe, como la luna en las noches más oscuras.

    El Hombre, el Mundo, el Reino que soñamos ya está aquí. Eso sí , a condición de que estmos preñados de él , sólo si realmente lo llevamos en las entrañas.

    Es por eso que "la esperanza no espera sino que adelanta".

    Hola compadre, aprovecho tu nueva aventura del blog, para desahogarme recordando la esperanza que me han quitado.

    Pedro

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  2. Quizás debiste comunicar tu iniciativa a través del correo electrónico. Eso no garantiza el resultado, pero al menos sí sirve para constatar el apoyo a la causa en la que te involucras. Ya sabemos que las zonas de paso son cada vez más eso... de paso, a veces no vemos ni a aquellos con los que nos cruzamos día a día.¡Qué triste suena!

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