Gesto solidario de la Vicaría Sevilla 2



Este es el manifiesto, y algunas fotos del gesto solidario.

RESPONDIENDO CON ESPERANZA A LOS RETOS DE LA JUSTICIA
Gesto solidario de las parroquias de la Vicaría Sevilla Ciudad 2


Desde hace ya muchos años, cada tercer viernes de la Cuaresma, las parroquias de nuestra Vicaría, unimos nuestras voces para manifestar públicamente que siguen existiendo situaciones que oprimen, degradan, y deshumanizan a muchas personas de nuestra ciudad, y cómo estas situaciones son contrarias al Evangelio de Jesucristo.
En otras ocasiones hemos alzado nuestra voz contra el paro, la precariedad laboral, la violencia y la inseguridad en nuestros barrios, contra la violencia de género, contra la miseria de la inmigración, de la droga, o del chabolismo. La hemos alzado a favor de unas condiciones de vida y de trabajo dignas para todas las personas, a favor de la vida para todos.


Este gesto público siempre tiene detrás el trabajo continuo, callado, encarnado, y solidario de las mujeres y hombres, jóvenes y mayores, de nuestras parroquias. Hemos salido a la calle a gritar nuestra denuncia profética frente a los hechos de muerte contra los que cada día venimos luchando animados por el Espíritu de Jesucristo. Y con la misma voz, hemos anunciado la Buena Noticia de que es posible la Vida que Dios quiere.
Este año nuestro Gesto Solidario es una invitación a la esperanza. Queremos hacernos eco de las situaciones más permanentes de la miseria, de los rostros más estables de la pobreza en nuestros barrios, de aquellos gritos de dolor que cotidianamente oímos en nuestras parroquias: LA PRECARIEDAD, LOS ACCIDENTES LABORALES, LA VIVIENDA, LA SITUACION DE LA TERCERA EDAD. Estas situaciones siguen siendo hoy en nuestra ciudad acomodada, RETOS PARA LA JUSTICIA, porque son causas que impiden la vida con dignidad de muchas personas, vecinos, hermanos y hermanas nuestros.
Los cristianos de las parroquias de la Vicaría Sevilla 2 denunciamos públicamente:

Las condiciones laborales que hacen de la precariedad y la flexibilidad, la forma normal de trabajo, de muchas personas, especialmente jóvenes, mujeres, inmigrantes y mayores de cuarenta años, impidiendo que el trabajo sea principio de vida.
La lacra continua de los accidentes laborales que día a día van afectando a la vida de tantos trabajadores y familias de nuestros barrios, convirtiendo al trabajo en un lugar de muerte..
Las, cada vez más difíciles, condiciones de acceso a la vivienda, que castran las esperanzas y el futuro de tantos jóvenes que desean formar su propia familia, y que se ven sometidos a una presión económica que les impide poder tener vida familiar o dignidad laboral.
Las condiciones de infravivienda y chabolismo en que muchas familias de nuestros barrios se ven obligadas a vivir.
La creciente insensibilidad con que nuestra sociedad trata a sus mayores, condenados al aislamiento en sus casas, lo que les lleva a sentir la soledad y el abandono; condenados a la pobreza, por unas pensiones de escasa cuantía.

Manifestamos que estas situaciones son retos que hacen de la Justicia en nuestros barrios una tarea pendiente, a la que hemos de sumarnos todos los ciudadanos, cada uno desde nuestra fe o nuestras convicciones, para reclamar de los poderes públicos una actuación responsable que tenga como criterio central el servicio a los más pobres, a los más débiles.
Los cristianos, que celebramos la Eucaristía, queremos manifestar nuestro empeño renovado en seguir los pasos de Jesús de Nazaret, que pasó por la tierra haciendo el bien. Y empeñar la vida para seguir construyendo unas comunidades parroquiales cercanas, sensibles y activas en la lucha por la Justicia.
En manos del Dios de la Vida, ponemos nuestra esperanza en que otro mundo es posible.
Sevilla, 9 de marzo de 2007


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