Este es el sacramento de nuestra fe


Hoy es Jueves Santo. Este es el signo; La seña de identidad. Ponernos a los pies de los hermanos es el primer paso para completar el sacramento, para amar hasta el extremo, para entregar el cuerpo y derramar la sangre, para vivir sin poner límites a la vida entregada que, como el grano de trigo cae en tierra,muere, y da mucho fruto.

No se puede amar ni servir desde arriba, hay que agacharse, hay que ponerse a los pies de los demás, abajo, como el que sirve, porque solo así podremos vivir la vida siguiendo los pasos de Dios en Jesucristo. Haced esto en memoria mía: Vivid así, servid así, amad así, entregad la vida para que otros tengan Vida. Haced de vuestra vida pan partido y compartido.

Ese es el camino. Solo así nuestra mesa será una mesa fraterna y solidaria a la que todos puedan sentarse como en la mesa de la familia, en la que siempre hay un sitio para el que vuelve, o para el que llega de improviso.

Hoy se nos muestra el sitio que tenemos reservado. El de quien está en medio de nosotros como el que sirve a quien lo necesita. Y ¿por qué? Porque Él lo hace con nosotros. Como yo os he amado...
Es el mismo Dios quien se pone a nuestros pies, quien se hace nuestro servidor, quien nos ama sin límites. Y nosotros estamos llamados a ser como Dios para nuestros hermanos, sabiendo que en ellos le encontramos a Él.
Lavemos los pies de nuestros hermanos, sucios del largo camino de la vida, lavemos los de los parados y excluidos, los de los niños y jóvenes sin futuro en nuestros barrios, los de nuestros mayores y enfermos, que pocos quieren lavar. Lavemos los de las mujeres maltratadas y los de todos aquellos que han perdido su dignidad. Lavemos los pies de aquellos que pasan por la puerta de nuestras iglesias, creyendo que no hay sitio para ellos. Lavemos los pies de quienes con su vida construyen cada día la justicia y la paz. Hagamos esto en memoria suya, porque este es el sacramento de nuestra fe.

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