Números. ¿Números?

El País de hoy trae una noticia que otorga a Andalucía un más que dudoso honor. Somos la comunidad autónoma donde más accidentes laborales mortales se han producido en el puesto de trabajo en los meses de enero y febrero pasado. Ventiseis. Doce más fallecieron en el trayecto de ida o vuelta al trabajo. También somos los primeros en eso. Suman 38. En toda España en esos dos meses fallecieron 211 trabajadores. Más de ciento cinco personas al mes. La noticia es prolija en números y porcentajes, extraídos del Boletín de Estadísticas Laborales del Ministerio de Trabajo.
Quizá al final, los trabajadores solo somos eso para nuestros gobernantes, números, cifras, estadísticas, y solo lejanamente personas. Debe ser porque cuando se le priva de la propia dignidad a un trabajador se convierte en eso, en un dato. Y hace tiempo que comenzó la caza de la dignidad por parte del Estado, de la Junta, de las Empresas. Delphi y Vitelcom son la última escena de esta tragedia que aún no ha terminado.
Juan Pablo II decía en Laborem Exercens n 12 (hace más de 20 años) algo de la mejor y más antigua tradición de la Iglesia:
Conviene subrayar y poner de relieve la primacía del hombre en el proceso de
producción, la primacía del hombre respecto de las cosas. Todo lo que está
contenido en el concepto de «capital» —en sentido restringido— es solamente
un conjunto de cosas. El hombre como sujeto del trabajo, e independientemente del trabajo que realiza, el hombre, él solo, es una persona.
Ya decía San Ireneo muchos siglos atrás que la gloria de Dios es que el hombre viva. ¡Hace falta en nuestro mundo dar gloria a Dios! Porque los trabajadores no pueden reducirse a números. Ni siquiera a números buenos; menos aún a éstos.

Comentarios

  1. Y para colmo todos (Administración, sindicatos y empresarios) piden que se haga algo pero cuando el Ayuntamiento de Sevilla aprueba la cláusulas contra la siniestralidad que controla las contratas y las subcontratas entre otras cosas, algunos las ignoran y otros las impugnan en la via judicial, según he leído. Penoso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama