¡YA HUELE A FERIA!




Aunque los farolillos de este año no sean rojo y blanco.


A divertirse, a pasarlo bien. Sín límite, pero con mesura.


Todo el que pueda. Y si no, "se hace un podé"


Otros la vivirán trabajando. Más que muchos días. Quizás los únicos. Sin horarios y sin condiciones. Sin posibilidad de descansar. Que se va el último, pues a limpiar y preparar para empezar de nuevo.


Nadie conoce a nadie... o todos son conocidos. ¿Qué más da?


La Feria es nuestra, nuestra fiesta, la de nuestra ciudad; aunque se llene de personas que mastican las eses por el Real, a donde les lleva el AVE desde la puerta de casa en Madrid y se vacíe de privilegiados que escapan del bullicio. La Feria vive por la tarde y la noche, siempre a partir del Ángelus, y descansa con el amanecer. La Feria es gregaria, pero cada uno la vive a su manera y la disfruta o aborrece de modo irrepetible.


La Feria siempre tiene dos caras.


Como la vida. Una la que vivimos nosotros. Otra la que viven los otros. Pero son las dos las que hacen la vida.

Comentarios

  1. Anda que no se te nota que te gusta mucho la feria. Pues nada nos veremos, con las dos caras, en Pascual Márquez que me consta que vas mucho.

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