Precarios y pobres

La viñeta de Forges refleja parte de nuestra realidad, y sobre todo la que nos puso de manifiesto la charla-coloquio con Imanol Zubero el pasado viernes 21, dentro de los actos del Encuentro Diocesano de Pastoral Obrera "El Trabajo humano principio de vida. Del Evangelio al Conflicto Social".
De las muchas cosas que surgieron tanto en la conferencia como en el posterior debate hay algunas ideas que quiero destacar:
1. Cada vez hay menos desempleo, pero el número de pobres, de personas y familias que viven en la frontera, o bajo el umbral de la pobreza ha aumentado en 500.000 en pocos años (los datos se pueden contrastar en los Estudios que Cáritas Española viene realizando hace años, los cuales han obtenido el aval de gobiernos, empresarios y sindicatos). En 1984, con 2,8 millones de parados, había 8 millones de pobres. En el año 2000, con 2,496 millones de parados hay,por el contrario, 8,5 millones de pobres. Es decir, la precariedad genera pobreza, y la va generando en una forma más estructural que la pobreza que generaba el paro.
2. Las previsiones macroeconómicas de la Comisión Europea hablan en un horizonte no muy lejano que sitúan en el 2010, de un casi pleno empleo (un paro estructural del 5 %) Esas mismas previsiones no aluden a la minoración de la pobreza. Es decir, la forma en que se organiza el trabajo y en la que se preve que se organice generará mayor pobreza, inseguridad, inestabilidad y marginalidad de la que ahora supone.
3. Toda esta situación que no hace muchos años era un problema social, colectivo, se va individualizando de manera que la precariedad, el desempleo, o la pobreza se manifiestan y asumen como problemas personales, derivados de la falta de adaptación del trabajador a los cambios del mercado. Si fuese capaz de adaptarse a estos cambios, no habría problema. Luego, la culpa es solo suya.
4. Aparece el territorio de la vulnerabilidad, como zona social donde se sitúan esas personas que, por tener algo de trabajo (aunque indecente) están excluidos de los sistemas de protección. Entre ellos un 9 % de trabajadores a tiempo completo en la zona UE.
5. Esta situación afecta gravemente a la vida de las personas, y provoca cambios profundos en la percepción de la realidad. Sobre todo desaparece la "responsabilidad"; la economía se convierte en el reino de la "naturaleza"
6. El futuro previsible es evitable. Hay sobre todo un reto moral que afrontar. Para eso habremos de recordar las "narraciones morales" que nos dicen que las cosas no han sido así siempre y que, por eso mismo, pueden ser de otra manera, abriendo las puertas a propuestas concretas de respuesta comunitaria.
y 7. Los creyentes que andamos en estas lides también habremos de recuperar tradiciones: la samaritana, que nos hace no pasar de largo; la tradición comunitaria, que impide el individualismo; la tradición pentecostal que reaviva la fuerza del Espíritu en nosotros; y la tradición católica (universal) que nos recuerda que nada verdaderamente humano nos puede resultar indiferentes.

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