¿Y la vida?


La blogosfera religiosa está plagada de criaturas antiguas y nuevas. La no religiosa es una auténtica selva, llena de bichos raros. Hay para aburrirse, pero las noticias suelen ser más o menos las de siempre: un cura de Oviedo que convive habitual y maritalmente con una mujer con la que tiene un hijo, que ha sido apartado de la encomienda pastoral en la parroquia; la Hna. Glenda(monja cantautora) que demanda judicialmente a Luis Alfredo (productor de Música religiosa) por haberse quedado con sus dineros de los discos, desde siempre; Roma que quiere enterrar el Vaticano II, Cañizares que sigue vociferando contra la EpC; la exposición "Dios(es): Modos de empleo. La experiencia religiosa hoy", patrocinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores (que digo yo que qué narices tendrá que ver)... En fin, lo de costumbre: salvo vida de la que vivimos y en la que nos vivimos, en la que hacemos cada día nuestra pequeña y cotidiana experiencia de fe, hay de todo.


Quizá -a veces a mí me pasa- es que para poder hablar de la vida y de la propia vida hay que superar tabúes, o quizá es que, primero, hay que sentir la vida, la propia y la de los demás como el don y la tarea que es, para percibir en la vida de los que pasan por mi vida, el rastro auténtico de Dios.


En los blogs dejamos que quepa poco la vida, la vida importante, la de verdad, la que no es noticia; en éste a veces, también pasa (Confiteor...) Y si la vida no cabe, lo demás es una pérdida de tiempo. Quizá por eso en ninguno hablan de los dolores de María, continuos y diarios desde hace años, o del deseo de Salud de dar sentido a su cotidiana empresa de hacer "familia" de su familia, sin que eso acabe por sacarla de sus casillas. Quizá por eso no hay hueco para la entrega sencilla, generosa de Inocencia o de Emilia, o Pepita o Rafael, o de tantos otros... cada vez que estos nuevos vecinos de piel más oscura, estatura pequeña, miedo en los ojos, y futuro incierto se acercan por nuestra puerta. Quizá el hecho de que Maruja lleve cincuenta y dos años de casorio con su marido, y feliz, no sea noticia relevante para nadie, o que Dolores haya encontrado un trabajo temporal sustituyendo quince días en un hotel, o que Salud tenga tres meses de trabajo nocturno en Correos, o que Javi pueda estar este año en las catequesis porque el trabajo que esperaba no ha salido...

Quizá el hecho de que Manoli tenga que llevar a la pequeña Lucía a la guardería con once meses para poder trabajar no sea noticia, no merezca una línea, sobre todo siendo una más. Hay tantos niños en nuestros barrios que son huérfanos desde temprana edad, porque sus padres necesitan trabajar, y divertirse, y hacer su vida, y dormir los sábados hasta tarde, y no ser molestados... que digo yo que muchos de ellos podían haberse comprado un tamagochi, que les hubiera salido más económico.

Y en medio de todo eso Carmen que quiere bautizar a su hijo en la parroquia, igual que Karina, o Chema que aún no sabe donde va a vivir este año, y tanta gente que irá pasando esta semana por las sillas del otro lado de la mesa... y el mirlo que, a pesar de estas calores finales y pegajosas, cumple su horario de jardín escrupulosamente.

Señor, Jesús, te ofrecemos todo el día nuestro trabajo, nuestras luchas, nuestras alegrías y nuestras penas...

Comentarios

  1. Me gusta tu blog. Lo leeré más amenudo.
    Tienes un premio
    http://eosboreal.blogspot.com/2007/09/premio-blog-solidario.html

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