¿Estaré en Barcelona?

Miedo me ha entrado hoy al leer la noticia. De repente creí que estaba en Cataluña con Josep Lluis. ¡Que poco dura la alegría en casa del pobre! Un kilómetro y cuarto de metrocentro ha durado un suspiro El mejor titular el de EL PAÍS : "Y al tercer día descarriló". Los comentarios a la noticia en los distintos medios digitales son tan sabrosos que prefiero callarme el mío. Reiría, me mearía de risa, si no fuese porque es para llorar. ¿Será coincidencia que en las obras del AVE Córdoba-Málaga haya aparecido una grieta que ha obligado a desalojarlas? ¿Habremos recalado de forma definitiva en chapuzalandia? ¿Me llamaré Ferrán? Me ha despertado escuchar los exabruptos de Vidal-Quadras sobre Blas Infante, que demuestran incontestablemente que para cretinez la suya propia, por faltón irrespetuoso y grosero, tonto prepotente y todo lo demás.
No estoy en Cataluña, no. Sigo estando aquí, y parece que sin remedio. Con este ayuntamiento, con este alcalde, con esta ministra de Fomento, con estos políticos. Hasta mañana, me voy a llorar por los rincones.

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