Si Dios quiere

Las personas de mi parroquia siguen manteniendo una buena costumbre. Suelen despedirse hasta mañana si Dios quiere. Cada vez que lo dicen me fijo en esa expresión y en lo que conlleva, que no es el ciego sometimiento a un poder omnímodo superior ante el que no queda otra.
La gente de la Parroquia lo dice, como debe ser, en tono de absoluta confianza. Y confiar solo es posible en el amor, nunca en el poder. Las lecturas de la liturgia de hoy me han ayudado a entender el sentido profundo de la expresión. "la vida de los justos está en manos de Dios" ha dicho el Libro de la Sabiduría; "Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos."
Y también me ha ayudado Paco, y su serenidad y confianza ante la operación a la que se somete mañana. Al salir me ha dicho que cuando salga de esta (lo operan de un cáncer mañana) hablamos de su compromiso en la tarea de la parroquia. Sin prisas, Paco... si Dios quiere.
Paco es de los que hablaba el Evangelio de hoy: "hemos hecho lo que teníamos que hacer", algo que solo puede decir quien de verdad ha puesto su vida en el Señor.

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