Zaqueo
¡Cuanto nos puede cambiar una mirada! ¡Cuánto puede hacernos sentir acogidos y queridos!
Aquel hombre rico y bajito era, con todo, un excluido social, un despreciado al que no cambió el odio de sus paisanos, sino el amor y la compasión de una mirada. Y nos dice el evangelio de este domingo que cambió su vida radicalmente, pues desde entonces fue una vida vivida desde y para los otros. O sea, una vida con sentido.
En nuestras relaciones cotidianas tenemos ocasión como Zaqueo de dejarnos mirar por el Amor, y tenemos otras muchas de mirar con el mismo Amor a otros Zaqueos. Dios nos ve así y nosotros podemos ver como Él nos ve. Hay quien espera ser visto... por nosotros, para darse cuenta de que también Dios le mira con amor.
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