Fiesta de las narices



Llamarle "fiesta de la primavera" no deja de ser un eufemismo. Llamarle macrobotellona no deja de ser más que un término meramente descriptivo de la cantidad de estos elementos que se pueden consumir y que tapizarán el suelo de la bancada de la expo cuando pase el ciclón. Pero en realidad es una "fiesta" de las narices, que promueve el consumo de alcohol entre menores, que provoca muchas molestias a quienes trabajamos en la Cartuja, como tener que salir a media mañana a desaparcar el coche, que "molestaba" para el desarrollo de la macroleches. Yo creía que eran ellos los que me estaban molestando a mí, por organizar ese "evento" en mi aparcamiento habitual, pero parece ser que era al revés. Ya se sabe: jerarquía de derechos... Y hoy, como guinda, ha generado atascos inusuales, siendo el atasco lo usual para salir de la Isla a la hora de volver a casa.

Y esto con gran despliegue previo de policia local, que ha servido sus medios a los chavales y, supongo, con ingente despliegue de Lipasam, que tendrá que retirar toneladas de basuras cuando amaine el temporal, subvencionado por los impuestos municipales de todos, menos de los usuarios de la fiestecita.

Pero ya se sabe que mejor subvencionar el pan, digo el alcohol, y el circo que todo lo que ayude a la gente a salir de la miseria humana en la que nos va encajando esta postmodernidad. Y no me creo eso de que es expresión de libertad el hecho de hartarse de beber incomodando a cientos de ciudadanos, con el único objetivo de "cogerla". A otro perro con ese hueso.

Comentarios

  1. Te doy toda la razón, Es muy lamentable que los comportamientos de la juventud que deberían ser si no objeto de reprobación al menos de un diálogo para intentar reconducirlos, merezcan un despliegue tal de medios por parte del Ayuntamiento y un perjuicio que los demás no deberíamos soportar (probablemente el organismo de estos chicos/as tampoco). Esta es la vida que nos toca vivir y uno intenta adaptarse, pero cuesta por triste y miserable.

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