Menos mal

Menos mal que el chiqui-chiqui no se ha comido una rosca, porque si no, la plaga hubiese sido insoportable. Por supuesto que ni vi el festival de eurovisión, ni conecté en ningún momento para ver cómo iban las votaciones. He respirado tranquilo esta mañana pensando que, posiblemente, ese engendro pseudomusical sea nube pasajera que su propio fracaso se lleve pronto y lejos.
Y, por otra parte, pienso lo vacía que tiene que estar la cabecita de tanta gente que ha llenado tiempos, pensamientos y sentimientos con el dichoso e infumable temita. Voy a ver si lo olvido con algo de música de verdad.

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