Sábado en Carmona







El prometido retiro a las clarisas de Carmona me facilitó disfrutar una vez más de los tranquilos rincones del convento, cuyo silencio solo rompía el canto de los pájaros que cría Sor Asunción, y los ahogados ladridos de alegría de Canela que me recriminaba el tiempo que llevaba sin ir a verlas. Como no es rencorosa me acompañó mientras hacía las fotos, dando saltos a mi alrededor.

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