El verano se acaba

Y eso se nota en varias cosas, pero sobre todo en los anuncios de fascículos y coleccionables que empiezan a llenar los espacios televisivos. En Septiembre parece que hubiera que buscarse una ocupación "en fascículos" que llenara el tedio de las horas de ocio hasta el próximo verano. Es como si, anticipándose a la posibilidad de que la crisis deje en casa a más gente de la que se pensaba, los grandes maestros de la cosa editorial se hubieran lanzado a la captación de esas horas muertas entre la mucha oferta adormecedora que habrá. Usted dedíquese a su colección y el paro le parecerá menos paro, porque pensará menos en ello. Pero dudo mucho que la "fasciculitis" sea tan fuerte como para hacer olvidar que uno está sin trabajo.
En Sevilla harán falta, no obstante, muchos fascículos, porque el otoño se adivina calentito. La CEA y los sindicatos discrepan ya, con la que está cayendo, acerca de la renovación del Acuerdo de Concertación Social en Andalucía, y los cierres de algunas fábricas sevillanas están a la vuelta de la esquina: Central Lechera Asturiana en Sevilla, SPAR en Granada, Penibética de Cervezas en Córdoba... son las que suenan, pero las pequeñas empresas que van cerrando no son noticia.
El que escapa de la crisis es mi mirlo, que debe ser docente o jubilado, porque sigue de vacaciones en el jardín de Chema.

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