anarcopintores

Hoy han venido unos amigos que me han sacado de mi postración y me han llevado a casa de otros amigos a comer, abandonando así por unas horas este sillón y esta habitación que se están convirtiendo en mi amplio mundo y, justo al salir al mundo exterior, me he encontrado con que la noche pasada, el muro de mi casa ha sido ornado (como se puede comprobar no es la primera vez) por un anarcopintor, de los que yo creía que ya no quedaban, con un mensaje de difícil comprensión, y si no juzguen ustedes:


Quiero decir: lo difícil no es entender el mensaje, sino comprender cómo por estos lares nos quedamos parados en los muros, cuando las revueltas callejeras de Atenas, o las que en su día asolaron Francia, nos llegan como mensajes de alerta social diciendo con nitidez que este estado de cosas no es sostenible. De momento es lo que hay. El Estado seguirá vivo y fuerte. Yo tendré que llamar a Lipasan.

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