Hay ayudas que no se merecen. La de la Cadena Ser a la Conferencia Episcopal es una de ellas. Costará agradecer el tamaño esfuerzo que la emisora hace de propagar las consignas de las campañas de la Iglesia. No hay otra que le dé tanta publicidad gratuita como la SER. A veces una
publicidad excesiva, machacona, insistente, inadecuada, pero publicidad al fin y al cabo. Al final para que la gente se sature de mensaje y termine adoptando ua postura contraria a la del publicista, que no del publicitado. Si usted quiere saber qué es lo que los obispos o la Iglesia han dicho de ciertas cuestiones -bien es verdad que no de todas las cuestiones- no deje de enchufar la SER. Y si prefiere leer, ya sabe: El País.
Hay ayudas que no se merecen. La de la Cadena Ser a la Conferencia Episcopal es una de ellas. Costará agradecer el tamaño esfuerzo que la emisora hace de propagar las consignas de las campañas de la Iglesia. No hay otra que le dé tanta publicidad gratuita como la SER. A veces una publicidad excesiva, machacona, insistente, inadecuada, pero publicidad al fin y al cabo. Al final para que la gente se sature de mensaje y termine adoptando ua postura contraria a la del publicista, que no del publicitado. Si usted quiere saber qué es lo que los obispos o la Iglesia han dicho de ciertas cuestiones -bien es verdad que no de todas las cuestiones- no deje de enchufar la SER. Y si prefiere leer, ya sabe: El País.
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