la cuenta atrás ha comenzado


La tarde es de castigo. Imposible salir del cuarto para lo más mínimo. Si dentro de la casa hace calor, fuera, al sol, debemos estar cerca de los cincuenta grados. Las hojas secas del tejado que el malestar del sábado pasado impidió que recogiera, siguen multiplicándose y cubriendo zonas cada vez mayores de la superficie, pero la inicial intención de aprovechar la tarde en recogerlas se tiene que descartar por mera cuestión de supervivencia. La tarea ocuparía unas tres horas, pero solo sacar la escalera, subir y mirar ya supone un riesgo grave de deshidratación, así que no te digo ponerse a recogerlas...
Hasta hoy había aguantado estoicamente y no me había quejado en exceso. Estaba siendo un verano llevadero. Pero hoy me he convencido de que me voy de vacaciones. Me tengo que ir de vacaciones. Estoy tardando mucho. Es cierto que aún faltan casi quince días, pero he empezado la cuenta atrás. He localizado en Internet las páginas con las que organizar mis paseos, el gráfico de temperaturas, las posibilidades gastronómicas del destino, los horarios de viaje, y he empezado la tarea de logística y táctica de combate que preparar las vacaciones requiere. Esto es una guerra que hay que ganar.
Entre otras decisiones: ni reloj, ni móvil, ni televisión. Se trata de cortar con todo lo que huela a un ritmo marcado por horarios. Nos dormiremos al acostarnos y nos levantaremos al despertarnos. Comeremos cuando el hambre requiera saciarse, y anotaremos a la vuelta a todo el que haya llamado al móvil para formarle juicio sumarísimo por la absoluta falta de educación de la que ha hecho gala. Objetivo: la desconexión voluntaria del mundo. Especialmente de lo que huela a trabajo, a jefes o similares, a horarios, a reuniones, a decisiones, a todo lo que suponga agenda.
Si el ordenador viene de vacaciones (algo pendiente de decidir en el Consejo de Estado Mayor a la vista de los informes de inteligencia), será condenado a encenderse solo para mantener el blog de viaje. Prohibido todo acceso a correos electrónicos, a noticias locales del origen...
No se pone el "parte" en la radio del coche, salvo una sola vez al día. Por la mañana temprano al iniciar camino. Y eso solo si hay mayoría cualificada de votos de la tropa.
No se facilitará información alguna de destino, ruta o paradero a nadie que en años anteriores haya manifestado su falta de educación llamando en vacaciones para -una vez que has insistido en recordarle educadamente que estás de vacaciones- mantener su empeño en contarte algo de trabajo. Sí, sí, hay gente así de impresentable.
Me da igual lo que pase. No se va acabar el mundo en ese mes. Y si se acaba y me pilla fuera, mejor que mejor. Ya he aprendido desde mi enfermedad que no solo no soy imprescindible, sino que hasta yo vivo mejor cuando prescinden de mí.
Así que empieza la batalla. La cuenta atrás ha empezado y no puede pararse. Iremos educando al personal en esta táctica. Las armas psicológicas también valen. De hecho ya no cojo el móvil a nadie a la primera, y hasta hay ratos en que lo dejo olvidado aposta. ¡qué descanso en el silencio!

Comentarios

  1. Bueno, pues te deseo felices vacaciones, antes de que te desconectes del mundo.
    Que descanses y vengas con muchas fuerzas.
    Nosotros también nos vamos para la semana que viene de vacaciones. Aaaah! y no nos vayas a llamar al móvil porque también lo desconectamos, jejeje.

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