Miedo me da

¿Un partido político católico?
Publicado el 30.10.2009 (Juan Rubio- Director de Vida Nueva)

Miedo me dan los intentos de crear un partido político con cuño católico en las siglas y en la carta fundacional. Miedo tengo a militantes voceros de un modelo de cristianismo que no deja de ser chato por mucho que se escondan bajo el amparo de mitras significativas. Convertirse en voceros únicos de la Iglesia, por vía del mercadeo del voto, no haría bien alguno a una Iglesia que se despojó de ese manto y expuso su criterio en Cristianos en la vida pública, de la CEE, catecismo que no ha perdido valor y que tiene la riqueza del consenso. Decir otra cosa, insinuarla, añorarla y apoyarla entre bambalinas, proponiéndola de forma oscura, sibilina y meliflua, no hace buen servicio a la comunión. A España no la libra del relativismo moral un grupo político católico, que es lo que les pide el cuerpo a varios militantes destacados del Partido Popular que, en su seno, no se aclaran con la avalancha católica de un electorado que les pide cada vez más caña. No hay que empezar la casa por el tejado, sino por los cimientos. La presencia del cristiano en la vida de los partidos tiene que ser general, significativa en lo que a la conciencia y a la moral se refiere, ejemplar en el camino de la regeneración de la cosa pública, vista como servicio y vocación específica y siempre al servicio de los más débiles. Hay que ir a los fundamentos. Es lo que han dicho los responsables del CEU-San Pablo en la presentación de la nueva edición del Congreso “Católicos y Vida Pública”, pero unos fundamentos no excluyentes ni militantes, sino compartidos en la tarea y con mente abierta que ofrece su verdad.
Publicado en el nº 2.681 de Vida Nueva (del 31 de octubre al 6 de noviembre de 2009).

Comentarios

  1. La Iglesia puede caer en el mismo error que en pasado, volver a lo mismo no le traerá nada bueno pues ¿que quieren resucitar el nacionalcatolicismo?

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