Comunicado final de las XV Jornadas Generales de Pastoral Obrera

Convocados por el Departamento de Pastoral Obrera de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española, presididos por Monseñor Antonio Angel Algora Hernando, Obispo de Ciudad Real, Responsable de Pastoral Obrera en la CEAS, y con la asistencia de D. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila, hemos celebrado, durante los días 21 y 22 de noviembre de 2009, las XV Jornadas de Delegados Diocesanos de Pastoral Obrera y Presidentes de los Movimientos Apostólicos Obreros, encontrándonos representantes de 34 diócesis, y de las Comisiones Permanentes de los Movimientos Apostólicos (JOC, HOAC, Hermandades del Trabajo, Mujeres Trabajadoras Cristianas), para renovar nuestro compromiso de encarnación, y evangelización, entre los pobres del mundo obrero y del trabajo.

Bajo el lema “Al servicio de la verdad que libera” Evangelizar el trabajo en tiempos de crisis, e iluminados por la reflexión presentada por Luis González-Carvajal nos hemos sentido convocados, en palabras del Papa Benedicto XVI, a acoger la verdad del sufrimiento de tantos hombres y mujeres a quienes este modelo de vida personal y de sociedad deshumanizados en el que nos movemos, rompe existencialmente. Desde la verdad del Evangelio, vivida en la Iglesia, les queremos acompañar y ayudar a salir adelante como mujeres y hombres nuevos con los que podamos transformar también la sociedad.

Hemos reafirmado nuestra necesidad de mirar la historia desde los últimos, desde abajo, desde los pobres, situados como creyentes en su perspectiva para abordar la tarea de iluminar la construcción de un mundo nuevo. Nos hemos sentido llamados a la conversión en la vida personal y comunitaria de modo que con el testimonio de vida el Evangelio pueda ser creído. Y nos hemos sentido interpelados en la tarea de anunciar el Evangelio a los hombres y mujeres que sufren la precariedad, la siniestralidad laboral, la dureza de la inmigración, que son víctimas de los mecanismos de producción y consumo de nuestra sociedad, necesitada de una renovación radical de los valores que hoy la mueven.

Las experiencias de las distintas diócesis nos han mostrado caminos de encarnación, presencia y evangelización en el mundo obrero y del trabajo, como levadura en medio de la masa, desde acciones pequeñas, capaces de sembrar vida y esperanza, en el marco de las líneas ya puestas en marcha en el Plan de acción del trienio:

• Intensificando la cercanía y solidaridad a los conflictos del mundo obrero y a las víctimas de la crisis (inmigrantes, víctimas de la siniestralidad, desempleados, trabajadores precarios, mujeres y jóvenes…)

• Potenciando la formación de militantes obreros cristianos

• Generando un nuevo dinamismo evangelizador, una nueva cultura, una nueva manera de vivir.

• Denunciando las situaciones injustas, y anunciando la novedad del Evangelio mediante nuestras acciones.

La andadura de la Pastoral Obrera en la Iglesia española, desde la publicación del documento La Pastoral Obrera de toda la Iglesia , actualizada desde la reflexión sobre el conflicto social hoy, que vio la luz en el libro “El Trabajo Humano, Principio de Vida”, fruto de largos años de trabajo, ha recorrido un camino fructífero en la misión de plantar la Iglesia en medio del mundo obrero y del trabajo.

La pastoral obrera de toda la Iglesia tiene su garantía de novedad evangelizadora en el compromiso apostólico de la comunidad cristiana. Es toda la comunidad la que debe sentirse comprometida en esta acción misionera con el mundo del trabajo. Debemos, como cristianos, impulsar una cultura de la solidaridad y de la gratuidad. Debemos abrir caminos de humanización.

Por eso ponemos en manos de Dios Padre, por medio de María, la Virgen Madre, obrera de Nazaret nuestro trabajo. Que por su intercesión se llenen de vida las tareas en las que nos empeñamos para vivir al servicio de la verdad que libera, que no es otra que la del Evangelio de Jesucristo, que estamos llamados a anunciar, con toda la Iglesia, a los hombres y mujeres del mundo del trabajo.

Ávila, 22 de noviembre de 2009, Domingo XXXIV T.O. Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

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