Oración de la familia


Haz, Señor, que en nuestra casa,
cuando se hable,
siempre nos miremos a los ojos
y busquemos crecer juntos;
que nadie esté solo, ni en la indiferencia o el aburrimiento;
que los problemas de los otros no sean desconocidos o ignorados,
que pueda entrar quien tenga necesidad y sea bienvenido.

Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo,
pero no más importante que la alegría.

Que la comida sea el momento de alegría y de conversación
que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo,
que la riqueza sea estar juntos.

Señor, que en nuestra casa el más débil sea centro de atención,
que el más pequeño y el más anciano sean los más queridos,
que el mañana no nos de miedo, porque Dios siempre está cerca.

Que cada gesto esté lleno de significado,
que te demos gracias por todo lo que
la vida nos ofrece y tu amor nos da.

Señor, que nuestra casa sea un lugar de acogida
como lo era en Betania, la de Marta, María y Lázaro. Amén.
(Publicado en Letras para la Utopía, Palencia, abril 2010)

Comentarios

  1. Me sumo a la oración y la hago extensiva por aquellas criaturas que no tienen techo, los que hacen de la intemperie el manto con el que cobijarse; que el Señor tenga misericordia de ellos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama