Desde el bosque

Seguimos vivos, aunque con pocas posibilidades técnicas. Por eso en este período el blog se mueve menos. Por eso, y porque descansar, que es a lo que está uno, necesita desconectar. Dejar de un lado lo habitual para tomar distancia desde otros lugares y otras gentes y, sobre todo, otros quehaceres que uno añora a lo largo del año. Estos días son para los bosques, las montañas, los prados, los ríos... Para caminar. Sobre todo para caminar por entre las nubes. Y es que el peregrino necesita caminar. No puede andarse quieto. Caminar, siempre caminar, y descubrir caminos nuevos... Y el Valle de Arán está precisamente plagado de caminos que recorrer.

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