Etica al calor del sol (que más calienta)

Está claro que recuperar la honradez y la ética y dignificar la política es necesario en este país a marchas forzadas. En los últimos días la prensa -que en agosto parece padecer una cierta hambruna- no cesa de llenarse con las últimas noticias de los sobornos en el fútbol, dejando escaso hueco para aderezar las portadas con los flecos informativos del caso Gürtel, o con ediles que terminan por estar implicados en casos de corrupción urbanística, -estos afloran como las medusas con el calor- o simplemente con el coste para los ciudadanos de decisiones absurdas o gestiones nefastas en el ámbito público. Y si quieren ponerle guindas al pastel, acudan a la prensa local, donde sin salir del Ayuntamiento de esta ciudad se nos ofrece un nutrido ramillete de indecencias y delitos, protagonizado por todo un elenco de saltimbanquis de la escena pública.
Lo peor es que a todo se acostumbra uno, y al final nos parece hasta normal y justificado. Y eso nos instala en el discurso de la justicia individual, en que los criterios son los propios intereses, frente a todo. Lean, si no, la carta que un responsable del sindicato de controladores aéreos (200.000 euros de sueldo medio al año) está haciendo circular por la red en su condición de "víctima" de los ataques contra los trabajadores.
Es normal, por eso, que algo como las "cesantías" -que se crearon pensando en que aquellos cargos públicos que al terminar su desempeño no tuviesen donde caerse muertos, porque hubieran renunciado a un trabajo previo, o no lo tuvieran, simplemente, pudieran tener un colchón de tiempo y dinero que les permitiese buscar un trabajo- se haya convertido en una suculenta pensión mensual durante varios meses, que simplemente se cobra porque se ha sido alto cargo (con independencia de la bondad de la gestión, que puede haber sido desastrosa). Y esto pese a que se tenga un trabajo al que retornar de inmediato al cesar.
La ecuación es sencilla: por haber sido privilegiado, me conceden otro privilegio: varios meses de vacaciones pagadas a costa de las arcas públicas. Lo que digo muchas veces: legal, indudablemente, lo es porque está en los boletines oficiales; pero nadie en su recto juicio en la Administración Pública -ni fuera de ella- puede hoy sostener que sea justo. Es más: es profundamente injusto y carente de cualquier ética. Es indecente.
Urge desalojar de los ámbitos de poder a quienes siguen instalados en ellos desde la indecencia, la insensatez o la ignorancia para forjarse una imagen pública, o para enriquecerse, o para subvertir en ideología la administración de la res pública. Y eso solo es posible en la medida en que hombres y mujeres honrados, dispuestos a servir, y no a enriquecerse a costa de los demás, vayan dando pasos para hacer del servicio público un verdadero servicio al bien común. En el futbol, en el barrio, en el Ayuntamiento, y en la Junta. Y que nadie entienda esto como sustituir al gobierno por la oposición, porque solo cambia el collar.

Comentarios

  1. Me parece casi todo bien del articulo, incluso hay frases atrevidas, pero solo atrevidas, aunque sinceras y de justicia. Lo que no me parece nada bien es la frase final ¿porque no se ha de entender como que la oposicion sustituya, de una vez, al gobierno actual.? ¿Es suficiente el topico del collar para que un pueblo, unos administrados, puedan, podamos tener la oportunidad de saber si hay otros que lo puedan hacer mejor? ¿es que nos tenemos que ver condenados a un mismo régimen, una misma ideologia, un mismo entender una forma de gobierno por el solo y simplisimo hecho de que todos pueden ser iguales? ¿es que no es buena, y legítima, la alternancia? ¿es que no seria positivo conocer otros mecanismos, otras formas de gestionar? Parece deducirse del articulo que es preferible que intentemos corregir algunas cosillas de lo que hay ahora,antes que dar la oportunidad a otros a que nos muestren como podrian hacerlo. No parece justo ni razonable y sobre todo mayor in justicia seia negar la oportunidad, por un lado al pueblo para que pueda comparar y a otros politicos a que puedan demostrar lo que harian. ¿Dictadura parlamentaria se podria llamar a una democracia encorsetada en parlamentos con unos votos unidos por intereses que ya el autor del articulo deja entrever? ¿Y es bueno?

    ResponderEliminar
  2. Me he debido expresar mal al final. Yo no sostengo que sigan los que están.Lo que quiero decir es que el abanico de opciones es mucho más amplio que el actual elenco de gobernantes y opositores formales. No hay bipartidismo sino pluripartidismo. No tenemos por qué ceñirnos a los que gobiernan o han gobernado.Y la alternancia (no reducida a dos partidos solo) me parece necesaria.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama