A perro flaco...
La cosa fue tal que al bajar del tejado de la parroquia y dar un salto de casi dos metros, caí mal sobre el pie izquierdo (la tvp también fue en la pierna izquierda, debe ser mi mala pata) muy dolorido, y sintiendo que nos habíamos cargado algo serio. Acudir a urgencias fue para descartar cualquier tipo de rotura que requiriese algo más serio, pues quien me siga sabe de mi falta de devoción y confianza en tal servicio.
Efectivamente: ¿qué hacía yo subido al tejado? pues desatascar un bajante de la Iglesia antes de que nos inudara porque el tejado era una piscina.
Tras algunos comentarios recibidos, se pueden concluir tres cosas, todas ellas relacionadas con la pastoral obrera:
1) Como a la vista está, no es bueno trabajar el domingo, que ha de ser día de descanso. Y no respetar este principio tiene sus consecuencias.
2) Nos vamos haciendo viejos, y uno no está para muchas cabriolas por los tejados, lo que no es reflexión menor, si bien este tema lo dejaremos para otro momento.
3) La siniestralidad laboral sigue acechando sin parar. Pero no creo que mi accidente compute en las estadísticas.
Comentarios
Publicar un comentario