A perro flaco...

Como sé que mi amigo Miguel sigue con fruición las entradas que contienen información acerca de mi estado de salud, dada su morbosilla condición, diré que hemos de añadir a mis circunstancias la postración provocada por -a decir del médico, que vaya usted a saber si sabe- un esguince de tobillo. No fue como en el dibujo, pues la caída fué frontal, pero deduzco de mis visitas a páginas médicas que pudo haber provocado el temido efecto del "torn lateral ankle ligaments", aunque yo creo que no están "torn" del todo, sino más bien "estirados a contrapelo". Y eso es sabido que no le gusta a nadie.
La cosa fue tal que al bajar del tejado de la parroquia y dar un salto de casi dos metros, caí mal sobre el pie izquierdo (la tvp también fue en la pierna izquierda, debe ser mi mala pata) muy dolorido, y sintiendo que nos habíamos cargado algo serio. Acudir a urgencias fue para descartar cualquier tipo de rotura que requiriese algo más serio, pues quien me siga sabe de mi falta de devoción y confianza en tal servicio.
Efectivamente: ¿qué hacía yo subido al tejado? pues desatascar un bajante de la Iglesia antes de que nos inudara porque el tejado era una piscina.
Tras algunos comentarios recibidos, se pueden concluir tres cosas, todas ellas relacionadas con la pastoral obrera:
1) Como a la vista está, no es bueno trabajar el domingo, que ha de ser día de descanso. Y no respetar este principio tiene sus consecuencias.
2) Nos vamos haciendo viejos, y uno no está para muchas cabriolas por los tejados, lo que no es reflexión menor, si bien este tema lo dejaremos para otro momento.
3) La siniestralidad laboral sigue acechando sin parar. Pero no creo que mi accidente compute en las estadísticas.

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