comida familiar


De nuevo el encuentro a quince. Todo preparado, y dispuesto. Los pinches se retrasaron. Pero al final todos llegaron, comieron, charlarmos, compartimos, nos dimos los reyes, y se fueron contentos. Así, que ahora que han arramblado con todo, derrengado, voy a tumbarme a descansar. Mañana comeremos de sobras. Al otro, posiblemente, también. Pero al tercero, resucitaremos necesariamente, y habrá que volver a cocinar algo, aunque esta vez solo para uno.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama