Prensa de domingo

El que ha caído hoy en mis manos es el XLSemanal de ABC, pero puede decirse lo mismo del Semanal de EL PAÍS, o de cualquier suplemento dominical en general. Este de hoy tiene 86 páginas, más las cuatro de portada y contraportada que suman 90. De las cuales, contadas, hay 29 de publicidad.

A ellas se deberían sumar las de los "reportajes" que están directamente destinados al consumo: las páginas de moda, cosmética, ropa, hoteles con encanto, restaurantes novedosos, algunos espacios que bajo el pretexto de informar de nuevas tecnologías ofrecen ofertas de compras electrónicas o de aparatos o tecnologías baratas (no siempre) o de última moda. Solo a esto se dedican más de diez páginas. En fin que no hay a nuestro alcance mayor catálogo de compras, -si exceptuamos el que además suelen incluir los periódicos de vez en cuando- sin que lo hayamos pedido, o mayor incitación al consumo. Unas veces de grandes marcas, otras de menores, pero siempre sin que hayamos solicitado su envío. Cuando terminas de ojearlo lo normal es maldecir tu perra suerte que no te ha hecho rico, porque supones que todo eso a lo que no llegas te priva, seguro, de algo esencial.

De la calidad del resto de los reportajes hablaremos otro día, como se merece uno sobre la Duquesa de Alba (de importancia excepcional) que no sé cómo no han publicado antes.

El País, además, es un catálogo de lujo. Solo los precios de los artículos que ofrecen, hoteles y viajes incluidos, permiten adivinar que se quieren dirigir a un público que no son tú o yo. Mas que El País Semanal, deberían titularlo el aristopaís semanal Los de otros periódicos no los trabajo, pero me imagino que la proporción y los parámetros económicos son similares.

Hoy, además, el periódico me obsequia con una revista de las del corazón, para rematar la faena intelectual y manifestar su excelso nivel cultural, supongo, o para contrarrestar a su gran público, que puede conformarse con aspirar a lo que no llega: la vanalidad pagada.

Así que pienso que aparte de evitar el gasto en papel, y ya que todo parece que se puede elegir a la carta, cuando en Internet te permiten saltar la publicidad al acceder a las noticias, en las ediciones en papel deberían hacer lo mismo. Vendértela sin dominicales, pero cobrándotela sin dominicales; pago lo que me llevo, pero esto no es así. Te cobran el completo, y al final te llevas el completo, y cuando hojeas el dominical, tienes lo que has pagado, el cabreo completo.