Gracias, Padre, porque nos necesitas

En tu silencio acogedor, nos ofreces ser tu palabra
traducida en miles de lenguas, adaptada a toda situación
Quieres expresarte, Señor, en nuestros labios,
en el susurro al enfermo terminal,
en el grito que sacude la injusticia,
en la pregunta cariñosa a la vecina que tiene su hijo enfermo,
en la sílaba que alfabetiza aI niño...
En el respeto a nuestra historia, nos ofreces ser tus manos
para producir arroz, lavar la ropa familiar,
salvar la vida con una cirugía,
llegar en la caricia  de los dedos
que alivia la fiebre sobre la frente
o enciende el amor en la mejilla...
En silenciosa presencia, nos envías a recorrer caminos.
Somos tus pies y te acercamos a nuestros barrios marginados,
pisando suave para no despertar
a los niños que duermen su inocencia,
pisando fuerte para bajar a la mina o llevar con prisa una carta de libertad.
Nos pides ser tus oídos, para que tu escucha tenga rostro,
atención, sentimiento y cariñosa respuesta.

Comentarios

  1. Gracias, Padre, por tu misericordia infinita, porque a pesar mío me amas tal y como soy.

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  2. Poner esta conciencia en cada cosa que hacemos, nos ayudará seguro a intentar hacerlas mejor: tener una buena palabra con el que no congenias mucho, nos ayudará seguro a ver otra parte de él, ser cariñoso con el más pequeño que te pide ayuda, nos hará un corazón más grande, tener paciencia cuando esta parece que se ha acabado...y sólo TÚ consigues que hagamos estas cosas. las más difíciles en nuestras sencillas vidas...Gracias, Señor.

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