Me carga cada vez más la manera prosaica de celebrar estas fiestas de diciembre y enero, entre otras cosas porque con la edad uno se vuelve más frugal, y me resulta imposible digerir la cantidad de comidas "obligadas" que se supone hemos de hacer con profusión pantagruélica de manjares, que nos llevan a repetir menú -comiendo de sobras- semanas y semanas, así que procuro ceñirme a lo esencial: Su contenido religioso, que es lo que yo celebro. Navidad, Santa María - Año Nuevo, Epifanía. No obstante, en esa celebración cabe también la reunión familiar, en Nochebuena, y la que nos congregará el día de Reyes a toda la familia. Son momentos de anclaje de las relaciones familiares que hay que vivir a lo largo de todo el año. Bien es verdad que en mi familia no necesitamos llegar a estas fechas, porque buscamos -con ocasión o sin ella- la forma de reunirnos periódicamente en torno a la mesa y a la larga sobremesa. Estos días traen también la ocasión para el encuentro sereno c...
No es costumbre en mí escuchar tu oferta musical a media noche, pero hoy es una ocasión única. La verdad es que se trata de la música ideal como para marcharme a la cama; música oriental, pero occidentalizada.
ResponderEliminar¿Tú sabes bailar esta danza? Yo aprendo rápido, aparte de las sevillanas, bailo rumbas y nereidas (México), también me "sepo" el baile de los pajaritos, el aserejé, la Macarena y otras muchas. Si me dejo llevar, lo bailo seguro pero " a mi manera", con lo que dejaria de ser la danza tibetana ¿no?
ResponderEliminarCuando vuelvas de Zaragoza, organizamos una merienda en los balcones y bailamos todos (y todas). Besitos