Pescaíto de feria

El día termina. Un poco lejos de la feria esta semana, como tantos años últimamente. Aquí no hay farolillos ni sevillanas, ni huele a feria. No hay una copa de manzanilla bien fría para compartir, pero a cambio, ha habido una cena de 'pescaíto' compartida con amigos, que nos traslada en la distancia a pocos metros de la portada a punto de iluminarse, y que ha servido para poder agradecer una vez más la amistad, el encuentro, los proyectos, y la experiencia de poder contar con los demás. 

Las fuerzas se rehacen en la mesa, no solo porque nos alimentamos, sino porque con-vivimos, com-partimos, nos hacemos compañeros de pan y de camino, como en un nuevo Emaús. La amistad ayuda a encargarnos, cargar juntos y hacernos cargo -como decía Ellacuría- de las cosas que pasan y que vivimos, y de las personas y sus situaciones. Y la mesa ayuda a hacernos compañeros de vida. Si la feria que me pierdo un año más es fiesta de amistad y cercanía, yo ya la he vivido esta noche, así que no me la pierdo. Los que podáis disfrutarla in situ, tomaos una copa de manzanilla a mi salud, y bailar a compás por mí. Veréis cómo aparezco por ahí... y lo notáis.

Comentarios

  1. Cada quien vive su propia feria. Yo no pisaré el albero, pero trataré de con-vivir con personas que no pueden ir a la feria.

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  2. Yo todavía no he podido ir a la feria, pero queremos que eso cambie hoy. También tuve mi "pescaíto" particular con los que no podían ir y, hasta ahora con eso he tenido suficiente. Si consigo pisar el Real (siempre ocurre algo inesperado) me acordaré de vosotros y me tomaré mi primer rebujito a vuestra salud. Lo de bailar es más complicado porque ninguna de las personas con las que voy lo hacen, pero si consigo una pareja de baile, os dedicaré la primera sevillana. Besos de feria

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