Zarabanda, de Haendel

Comentarios

  1. Con los dulces compases de Zarabanda, me marcho a la cama en busca del descanso perdido y apetecible, no sin antes dejar un cordial saludo para Fernando y para M Carmen.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama