No nos gusta hablar de conversión. Casi instintivamente pensamos en algo triste, penoso, muy unido a la penitencia, la mortificación y el ascetismo. Un esfuerzo casi imposible para el que no nos sentimos ya con humor ni con fuerzas. Sin embargo, si nos detenemos ante el mensaje de Jesús, escuchamos, antes que nada, una llamada alentadora para cambiar nuestro corazón y aprender a vivir de una manera más humana, porque Dios está cerca y quiere sanar nuestra vida. La conversión de la que habla Jesús no es algo forzado. Es un cambio que va creciendo en nosotros a medida que vamos cayendo en la cuenta de que Dios es alguien que quiere hacer nuestra vida más humana y feliz. Porque convertirse no es, antes que nada, intentar hacerlo todo mejor, sino sabernos encontrar por ese Dios que nos quiere mejores y más humanos. No se trata solo de “hacerse buena persona”, sino de volver a aquel que es bueno con nosotros. Por eso, la conversión no es algo triste, sino el descubrimiento de la verdadera a...
No sé dónde están estas colinas, pero me iba allí de cabeza para relajarme. Estupenda manera de comenzar el sábado. Gracias
ResponderEliminarEstán en irlanda, en el condado de Sligo. Csacadas, lago, colinas, verde, cielo...
Eliminar¿Hacemos una excursión? Venga, que hay que celebrar el Aniversario de los balcones...
Eliminar¿Tú crees que seremos capaces de quedar? ¿Este año?
EliminarBueno... si lo vamos proponiendo, lo mismo para dentro de 2 ó 3 años podemos coincidir todos...
EliminarHoy llego próximo a la hora del ángelus, pero parece que siempre acertara en el momento en el que escuchar la música que nos ofreces cada día. Hoy amanecí tan temprano que más tarde prolongué la mañana y se ha distorsionado mi reloj. Un abrazo, Fernando; un abrazo, M Carmen.
ResponderEliminarUn beso Francisco, que tengas un feliz día.
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