Soluciones biográficas para crisis sistémicas

Con esta expresión se alude a la dinámica que nos están imponiendo en el marco del individualismo que nuestro sistema fomenta. La crisis se resuelve de manera individual. Tienes que buscarte la vida, ser “emprendedor”… No esperemos que el sistema que nos ha metido en ella nos vaya a sacar de ella. La responsabilidad de salir, de generar otras expectativas es personal, intransferible, de manera que, al final, quien no sea capaz de salir será porque simplemente no ha querido, porque no ha sabido adaptarse a los tiempos que corren. Es decir que las soluciones serán sólo y siempre personales.

La deshumanización llega a eso. Consecuencia de este sistema es la soledad. El pobre es el que está solo entre los solos, el que no sólo debe salir por sus medios de su situación, sino el que además, no tiene a quien recurrir, ni medios para hacerlo. El que, además, en la medida en que no sale (en la medida en que es incapaz de consumir) demuestra su inutilidad social, y por ello justifica que la sociedad le dé la espalda y deje de gastar en posibles expectativas de reinserción social, de reincorporación a la vida. No tiene medios, no tiene recursos, no tiene voz, no tiene a nadie, no tiene nada; no es nadie. Sobra.

Cuando se llega a esos extremos, los cristianos no podemos entrar en componendas. La individualización y la deshumanización que se provoca es radicalmente opuesta a la humanización que nos ofrece Jesucristo; la que, necesariamente pasa por con-vivir, com-padecer, a-com-pañar; por crear comunión.

La historia de la infidelidad al proyecto de Dios surge en una pregunta: ¿Dónde está tu hermano? Y en una respuesta también “biográfica” (hecha vida): ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? (Gn 4, 9) La historia de la comunión y de la vida de misericordia se anclan en otra propuesta también relacionada con la fraternidad: ¿Quién te parece que se hizo prójimo del herido? (Lc 10,36) Haz tú lo mismo.

Hacernos prójimos, samaritanos, y construir comunión es el único camino capaz de salvarnos de esta debacle. Será también una respuesta biográfica; habremos de vivir como hermanos, cada uno, para generar el nuevo mundo posible, otro sistema, otra sociedad. No tenemos otro camino. Nos han creado así.

Comentarios

  1. Divide y vencerás. No interesamos como sociedad, sino como individualidad aislada y frágil.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama