Cerca de todo

No hay distancias. Estamos globalizados y, como puede verse, cerca de todo; a unos pasos. Distantes y cercanos. Las vacaciones aportan también eso: distancia y cercanía. Distancia de lo cotidiano, de lo habitual, de lo conocido y sabido, para abrirnos a lo distante, nuevo y desconocido, que es la manera de acercarlo y hacerlo nuestro. La distancia permite también contemplar mejor aquello cercano, sus matices y perfiles. Es la manera de poder volver a acercarnos cuando regresamos. Las miradas son otras. La distancia aporta novedad y cariño a la cotidianeidad. Y la cercanía nos hace descubrir que somos parte de eso tan nuestro y tan continuo que es la vida de cada día. La distancia, la cercanía, lo distante y lo cercano, la hacemos sobre todo las personas. 

También en nosotros mismos. El tiempo de descanso permite distanciarse de uno mismo y acercarse de forma sorprendente a lo más íntimo y cercano de nosotros. A aquello que, muchas veces, no apreciamos en el trajín de la faena diaria.También nos redescubrimos, nos renovamos, nos aceptamos, y nos amamos en ese trasiego de fuera adentro.

Al final uno descubre que no está tan lejos como creía. Al final uno aprende a estar cerca de todo.

Comentarios

  1. La distancia ocasional nos permite ver con perspectiva lo que la cotidianidad ha hecho costumbre. Cuando vuelva, apreciaré las cosas desde otro ángulo y con mayor interés.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Ya veis que por más distancia que haya entre dos personas, siguen estando cerca. La única manera de estar lejos hoy día, es la de olvidarse de que los demás existen y eso en vuestro caso es imposible.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama