DISFRUTA DE TU DIOS

Estrénate.
Disfruta de tu Dios
que lo has sufrido tanto equivocadamente.
Disfruta del silencio clamoroso del Verbo
que te va poseyendo y adentrándose.
Disfruta ya del Padre Maternal y Amigo contándole tu vida 
y sus cuidados
para que tú te enteres, que Él lo sabe.
Goza de su infinita misericordia y con detalle.
Disfruta al desearlo, esperando mientras llega.
Gózalo anticipado en la fe en el amor y en la esperanza.
Disfruta de tu Dios cuando crees que te falta
y del dolor que abre tus ojos para verlo,
superando lo que tienes oído.
Disfruta de Él en las borrascas y negruras
adivinando en los relámpagos, el sol
que presagia claridades y azules encendidos algún día.
Disfrútalo entre los grises de los días
el fin tuyo y de todos, que colmará la vida.
Gózate al comprobar la brevedad de todo
que aligera la cruz y adelanta la gloria.
Saborea lo que pasa que apresura lo eterno
y te pone en hilera con multitud de pies
que hoyan el camino ungido por las plantas de todos
y sombra de multitud de cruces que se chocan
y hacen de la tierra, impulso para el cielo.
Disfruta de Jesús cuando roza tus labios con su nombre 
o lo musitas sin que nadie lo oiga.
Disfrútalo en su Libro cuando se hace alcanzable
en las palabras nuestras.
Disfruta buceando en el Verbo de tu Dios
que te nada por dentro, desbordándote
en continua escapada.
Disfruta de su paso por ti como un río que unge
la piel de tu alma
y volverá a asomarse alguna vez que otra
hasta que vuelva a recogernos.
Gózalo en el tabor momentáneo del altar
que nos engarza al Padre y a los hijos uno a uno 
haciéndonos querer
hasta aquellos que no han podido amarnos.
Disfruta de caer en la órbita
de su encanto atrayente
para sentir con Él al Dios de todos
en soledad bendita tantas veces.
Disfruta de vivir y luchar a golpe de evangelio cada día.
Disfruta de sentir la pasión por su Reino
enamorado o simplemente convencido
hasta los huesos.
Disfruta de vivir como si nada con Todo.
Disfruta si tienes la gracia de que nada te mueva 
que no sea Él mismo
sin querer tú nada que sea para ti solo.
Disfruta del cansancio y de esa soledad
que te hace peregrino y te une a los otros
y aviva con nostalgias las hambres del Dios vivo.
Disfruta de adivinarlo en todo hasta embriagarte
de su luz, a oscuras tantas veces.
Disfruta de tu Dios como de un vino noble
de sabor y de aromas en la oración continua.
Disfruta si sientes que se esfuma.
Disfruta como el que no se suelta de su Mano
y vive codo con codo
a la interperie de su vida.
Disfruta de tu Dios aunque no sientas nada
o puedas notarlo, a veces, en los pulsos de tu ser
como íntimo latido interminable.
Disfruta de Él
aunque te veas perdido, rechazado o en olvido
que es menos aún y más amor en limpio.
Disfruta del calvario que te toque, que es amor
sin trampa ni cartón.
Disfruta desprendiéndote de todo libremente
o a tirones
desprendiéndote a ritmo insospechado
de lo que va viniendo
para dar, desde la incierta noche, con el alba.
Disfruta si te extienden en la cruz estirándote
para alcanzar en tu amor a los que antes no llegabas.
Mira, que la sangre escondida es miel para los otros
y has brindado amarguras sin querer o queriendo, 
muchas veces.
Disfruta si te da el Señor su compasión,
aunque no duermas
y muchas veces vivas sin vivir
por los demás, que es la vida.
Disfruta de amar con las fuerzas que te faltan.
Disfruta sin sentir, que no es preciso
y eso enciende las ganas del Encuentro prometido.
Disfruta de tu Dios, aquí y ahora
como estés, como sientas o echándole de menos.
Disfruta de ver cómo te falta tantas veces
acumulando hambre para el día del Banquete.
Disfruta de, sin tenerlo tú, darlo a quien lo mendiga echando hasta deshoras
para que lo disfruten otros entreviéndolo apenas
que así nos llega a todos, en este entrenamiento
en amar como AMÓ.
Y Esperar, esperar y esperar
hasta el colmo prometido de su Reino.

Pedro León

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