No nos gusta hablar de conversión. Casi instintivamente pensamos en algo triste, penoso, muy unido a la penitencia, la mortificación y el ascetismo. Un esfuerzo casi imposible para el que no nos sentimos ya con humor ni con fuerzas. Sin embargo, si nos detenemos ante el mensaje de Jesús, escuchamos, antes que nada, una llamada alentadora para cambiar nuestro corazón y aprender a vivir de una manera más humana, porque Dios está cerca y quiere sanar nuestra vida. La conversión de la que habla Jesús no es algo forzado. Es un cambio que va creciendo en nosotros a medida que vamos cayendo en la cuenta de que Dios es alguien que quiere hacer nuestra vida más humana y feliz. Porque convertirse no es, antes que nada, intentar hacerlo todo mejor, sino sabernos encontrar por ese Dios que nos quiere mejores y más humanos. No se trata solo de “hacerse buena persona”, sino de volver a aquel que es bueno con nosotros. Por eso, la conversión no es algo triste, sino el descubrimiento de la verdadera a...
Sólo he visto unos minutos, ya que a esta hora no me queda mucho fuelle; pero volveré y pensaré que también Mª Carmen lo está disfrutando. ¿Nos vemos mañana a media mañana en la carpa núm. 3, la de Cáritas? ¡Feliz descanso!
ResponderEliminarComo a las 5 de la mañana tenía pocas cosas que hacer, lo puse de música de fondo mientras contestaba mis mensajes...
ResponderEliminarEra la única opción que me dejaste, porque los dedos en el enchufe no los meto ni de coña, y con mi pelado no creo que me queden muchas opciones de peinado...jajajaja
Esta música sigue poniéndome de los nervios...¡¡Con lo estresada que estoy ultimamente!! Pero gracias de nuevo, por acordarte de mi.
Francisco, he disfrutado muchisimo... cuando por fin acabó la tortura...jajaja
Que tengáis un sábado genial. Besos