Estamos hechos de historias

La literatura, los relatos, los cuentos, se hacen con palabras enlazadas, y nuestra vida, la de cada uno de nosotros, se hace también con palabras que engarzan historias y relatos vitales. Somos historias vividas y narradas. Nuestra primera forma de relacionarnos y engarzarnos unos a otros en la vida son las palabras. Bueno, no; son las miradas, el contacto físico. El contacto y la mirada del hijo con la madre que, poco a poco, se va haciendo historia y palabras compartidas. Necesitamos la Palabra, las palabras, para narrarnos  nuestra propia historia. 

Las miradas recogen y ofrecen; las palabras construyen historias que engarzan lo visto y lo que dejamos ver. Por eso, poder componer las propias historias exige que sepamos ver, que sepamos mirar, y mirarnos y que nos dejemos mirar.

La "Historia" suelen contarla los vencedores desde su pedestal, y la mirada no suele ser clara desde tan alto. Las historias en cambio las tejemos desde abajo, a ras de vida, tocando piel, cruzándonos en los caminos cotidianos.

Somos historias de encuentros y desencuentros, de miradas serenas y tiernas y de miradas de reojo o de través; de miradas huidizas o escrutadoras, de miradas sesgadas o de miradas de frente y claras. Somos lo que vemos y como lo vemos, pero sobre todo, somos como nos contamos lo que vemos, y como nos implicamos en las historias que vivimos. Somos lo que los otros forman parte de nuestra propia historia, y aquello que nos narra en la historia de los otros. 

Somos historias de éxitos y fracasos, de retos e intentos, de pasos y caminos, de manos y esfuerzos, de risas y llantos. Somos historias de amor y desamor. Somos como lo vivimos, pero sobre todo somos como nos lo contamos a nosotros mismos.

Nuestra vida está hecha de las historias que hacemos nuestras, y también de aquellas que conscientemente olvidamos. Somos las historias de quienes nos precedieron, en buena parte; seremos parte de las historias de quienes nos sucedan, en gran medida. 

Cada día tiene sus historias. Lo que necesitamos es contárnoslas a nosotros y a los demás. Así nos descubriremos en un misma historia común. Y así, aprenderemos a vernos y a ver, para descubrir que, en verdad, somos una inmensa historia compartida de amor por vivir.

Comentarios

  1. María José26/12/12, 23:33

    Disfruté la buena literatura de esta mañana, pero esta inmensa historia compartida la supera. ¡Felicidades!

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  2. Nunca lo había visto desde esta perspectiva. Me encantan estas historias, las que componen poco a poco más historias entrelazadas.
    Feliz día. Mil besos

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