Pasmo de la mañana
Los ajetreos propios de la Visita Pastoral me han tenido más ocupado de lo habitual, si es que eso fuese posible, y han ido acumulando retrasos en actividades propias de mi edad y condición. Una de esas actividades en las que hay que ponerse al día es el pasmo y la indignación.
Sigo
pasmándome cotidianamente. Mi jornada comienza aún de noche, con la toma de
conciencia del regalo del día, y la constatación crujiente de que los años pasan.
Esos crujidos me recuerdan que no he vivido en balde. Y suelo dejarme despertar
también por el run-run de las noticias de la radio, mientras me aseo. Eso me
marca un ritmo, aunque muchas veces no me entero de lo que dicen. Pero,
cuando me entero, mejor que haya terminado de afeitarme, porque muchas veces el
riesgo de degüello es alto, bastante alto.
Cuando
llego al trabajo, después de un refrescante y orante trayecto en bici, suelo compartir
con un grupo de compañeros las noticias impresas y los correspondientes
comentarios antes de entrar, mientras nos despertamos definitivamente con el
segundo café de la mañana. Y sigo admirándome de que la indignación no me
provoque aspavientos que hagan que termine derramándome el café encima.
Las
noticias de hoy se me acumulan de menos a más:
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Hasta catorce políticos de un pueblo pequeño han
ido a la carera a inaugurar una glorieta, para hacerse la foto. Mira que acaba
corrompiendo y entonteciendo el poder. La foto es pa verla. Es más larga la fila de políticos que la rotonda. http://politica.elpais.com/politica/2013/10/15/actualidad/1381865097_432853.html
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Cataluña (pobre) vuelve a la portada, porque
nadie ha desmontado aún lo que se sabe desde el principio: que todo el montaje
amenazante-independentista no es más que la estrategia de negociación de la
pela. Cada día me convenzo más. Al final el remanso llegará cuando se pague por
ello, aunque eso, mientras tanto, nos siga distrayendo de la realidad y haciéndonos olvidar lo verdaderamente real. http://politica.elpais.com/politica/2013/10/16/actualidad/1381906649_158020.html
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Unos aguerridos sindicalistas denuncian la
injusticia de la detención de unos compañeros sospechosos de la comisión de
acciones delictivas, y han tenido que venir de fuera a recordarles que no
existe la impunidad. Y aún se siguen rasgando las vestiduras. La pena es que
aquí también se han perdido los referentes éticos. Vamos que la última de sus
preocupaciones es la decencia y la verdad. ¡Penoso! http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/10/15/actualidad/1381867439_583636.html
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Un obispo alemán se gasta más de cuarenta
millones de euros en las obras del Palacio-residencia. ¡Con dos…! Lógicamente
anda el rebaño pidiendo que se vaya a voces. Espero poder disfrutar de su
salida. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/10/15/actualidad/1381867439_583636.html
Seguro que hay más, pero ya está bien de pasmo para empezar el día
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