Orar en el mundo obrero, 16º domingo T.O.

Nuestro descanso militante no puede ser vivir una doble vida, hacer lo que estaría mal visto que hiciéramos durante el curso, dar la espalda a la realidad hasta olvidarnos de ella. No nos olvidemos de los pobres. Nuestro descanso no es un simple desconectar, sino un reconectar con la hondura de la vida, con la gratuidad, la belleza, con el tiempo y el espacio, con lo humano, que nos permita alabar a Dios por lo que la inmediatez no nos permite reconocer como don, que nos permita sentir el abrazo reconfortante del amor, que nos permita descubrir la alegría de la vida entregada en lo cotidiano, en nuestro barrio, en las personas, en sus necesidades, en la comunión. Orar en el mundo obrero, es descansar.

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