Orar en el mundo obrero. 2º domingo TO

Hemos de ser, como María, capaces de darnos cuenta de lo que sucede en la vida de las personas; hemos de ser capaces de acompañar. Solo si vivimos con los ojos abiertos, en esa cercanía vital, podremos darnos cuenta de lo que sucede y reaccionar. Esto no pueden hacerlo quienes viven encerrados en sí mismos, quienes ocupan el centro de su propia vida, quienes todo lo miran desde sus criterios e intereses. Hay que saber ponerse en el lugar de los demás para poder ser como María. Hay que saber vivir a la escucha de Jesucristo, poniendo la confianza, como María, en él.

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