Orar en el mundo obrero. 1º domingo de Cuaresma

Por ser camino de conversión este tiempo de cuaresma es, también, tiempo de comunión. Porque nadie se salva solo (GE 6). Es tiempo de convertir nuestras prácticas concretas y cotidianas en la concepción del dinero y en el uso de nuestros bienes hacia la comunión de bienes; tiempo de convertir mis tendencias egoístas. Tiempo de convertir mi yo, para ir pasando al nosotros, a la comunión de vida; tiempo para redescubrir el valor de la vida entregada para que otros puedan vivir, y para acoger con ternura y misericordia, humildemente, a los demás. Tiempo para ir dejando que –sacrificados por amor- mis planes y proyectos estén al servicio del quehacer, de la misión comunitaria, que no es otra que anunciar la liberación de Jesucristo en el mundo obrero.

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