Orar en el mundo obrero 27 domingo T.O.
Solo
desde la gratuidad podemos vivir nuestra vida y nuestra fe. Porque los frutos
no son nuestros, sino de Dios. Hemos de jugarnos la vida, nos va la vida en
ello, para que pueda haber fruto. Pero el fruto depende solo de Dios: como
quiera, donde quiera y cuando quiera.
¡Qué difícil asumir esto con gratuidad y gratitud en nuestra vida! ¡Qué
difícil estar dispuestos a seguir sembrando sin ver fruto! ¡Qué difícil
sabernos y sentirnos y aceptarnos como siervos inútiles! ¡Cuánto necesitamos
seguir creciendo en humildad! Y ¡cuánto necesitamos pedir al Señor que nos siga
aumentando la fe, para que llegue a ser, al menos, un grano de mostaza! Nos puede ayudar el Orar en el mundo obrero de esta semana.
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