CRÓNICA DE CATACUMBA (33)

Ayer fue miércoles, tocó reunión de trabajo por la mañana y faena por la tarde. Hoy es jueves, y ha tocado limpieza y lavadora tras el desayuno y los Laudes. Y ha tocado felicitar a amigos que cumplen años. Los cumpleaños se van quedando acumulados en el saco de lo que está pendiente de celebrar y compartir. Cuando por fín podamos salir a la calle, y encontrarnos y juntarnos, tendremos que ir celebrando muchas cosas atrasadas, pero sobre todo, seguiremos celebrando la vida. Porque cada día tiene algo que celebrar. Y también tendremos que compartir los duelos que han quedado ahogados, para que juntos transformemos el dolor en memoria agradecida.

La celebración se hace, además, compromiso. Sobre todo para los cristianos las celebraciones nunca son encuentros rituales sin más, sino ocasión de memoria agradecida y de compromiso de vida, de empeño de comunión. 

No solo nuestra fe es memoriosa, como dice el Papa, también nuestra vida; porque nuestra fe lo es, lo es también nuestra vida inevitablemente. Memoria de lo compartido y luchado, de lo vivido y llorado en común, de lo celebrado y cantado juntos, de las alegrías y las penas, de los trabajos y las luchas, de las esperanzas... Memoria que ha de vivirse en comunidad para poder transformarse en vida, para actualizarse en entrega, en acción de gracias. 

El evangelio de hoy (Lc 24, 35-48) tiene mucho que ver con esto. Los discípulos se cuentan lo vivido, hacen memoria, lo que significa que antes han hecho experiencia, vivencia honda. La memoria actualiza el encuentro (se presentó en medio de ellos) y permite discernir la presencia del Resucitado, y revivir con él, desde su Palabra, los acontecimientos; y la celebración (comió delante de ellos) nos anticipa el compromiso siguiente: sois testigos de esto. Y todo eso en comunidad, en el encuentro, en la comunión de vida, de bienes, y de acción; es decir, en el amor concreto y cotidiano.

Que paseis buen día, no dejéis de celebrar. 





Comentarios

  1. Lo malo es que, a ciertas edades, es más difícil la espera...

    http://el-macasar.blogspot.com/2020/04/despues.html

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