CRÓNICA DE CATACUMBA (65)

Siento que me repito muchas veces, pero es que la realidad es puñeteramente contumaz y muchos nos instalamos -supongo que yo también- en nuestras propias ideas sin disposición alguna a escuchar al otro, a dialogar, y a pensar siquiera en la posibilidad de modelar nuestro pensamiento y nuestro discurso en el contraste de la realidad que el otro me ofrece que junto con la mía completan la visión más cercana a lo que, de verdad, es. 
Con quienes sí lo hacen, aunque a veces el camino sea pedregoso, se puede marchar y encontrarse. 

Pero muchas de las que me encuentro mezclan realidad y deseo sin estar dispuestas a apearse de esa burra. Con estas no hay manera de dar un paso.

Podría poner bastantes ejemplos de lo vivido en estos días, de conversaciones mantenidas, pero prefiero que nadie se dé por aludido. Simplemente me quedo en el cansancio y la tristeza de sentir que salir de esta situación será relativamente fácil, pero avanzar hacia la construcción de  una nueva existencia, no tanto. Y, posiblemente, antes de lo que creemos estemos instalados de nuevo en las viejas maneras que también tienen su aporte en lo que nos ha conducido hasta aquí.

Por eso prefiero un gobierno que -ante una situación inédita, también para quienes nunca han gobernado, y que por eso son igualmente ignorantes- rectifique y aprenda, la veces que sea, porque eso significa que está dispuesto a escuchar aunque se equivoque en otras tantas ocasiones.

Confieso que también me gustaría tener un horizonte de normalidad más a mano y más cercano, aunque reconozco que va a costar. No creo que haya muchas maneras distintas de hacer las cosas a como se han hecho, y de eso da una idea la escasez casi absoluta -más allá de los discursos para la galería- de iniciativas registradas en el Congreso de los Diputados (accesible a cualquiera visitando la web del Congreso) por los diversos grupos políticos desde que comenzó el estado de alarma proponiendo, precisamente, alternativas o medidas distintas que puedan lograr el fin pretendido.

Supongo que al final se trata de echar las cuentas y ver qué coste estamos dispuestos a asumir como tolerable, aunque para ello tengamos que cerrar los ojos.

La vida son siempre pasos adelante y hacia atrás. Y me siento más seguro con quien reconoce no tener todas las respuestas que con quien no alberga una duda, porque normalmente la carencia de duda va asociada a la ignorancia de la misma manera que está asociada a la falta de fe. 

El evangelio de hoy (Jn 15,26 - 16,4) nos recuerda que es precisamente el Espíritu el que nos capacita para ir más allá de nuestras inseguridades, de nuestros miedos, de nuestros desconocimientos y nos guía para poder situarnos frente a las situaciones que vivimos, quien sostiene nuestra vida en cristiano frente a tantas preguntas sin respuestas que nos amanecen cada día, pero siempre manteniéndonos en la esperanza.


Comentarios

  1. "Avanzar hacia la construcción de una nueva existencia" implica construir y no el empeño en derribar que tienen quienes critican y no aportan soluciones. Avanzamos hacia una nueva realidad, pero de momento no se vislumbran ningunas iniciativas sino que volver al imposible punto de partida.

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