CRÓNICA DE CATACUMBA (67)

Decidido. Cuando termine el estado de alarma que me confina, más allá de la fase en la que vayamos a estar terminarán también las crónicas de la catacumba. De hecho ya no hay catacumba. La gente que se ve esta mañana en la calle durante el paseo, y los coches que traen el ruido olvidado, casi son los que había en la vieja normalidad. Esta semana hemos vuelto a retomar las celebraciones con fieles en la parroquia, y el ritmo de trabajo va incorporando otras actividades, así que ya no serán de catacumba, ni tampoco cotidianas, me temo.

Con todo creo que redondearé las setenta crónicas, o las setenta y una. Muchos días en los que ha habido de todo. Cosas buenas y menos buenas. Sueños y esperanzas y también temores. Indignación y empatía. Desprecio y aprecio... De todo ha habido en estos días.

Por quedarme con lo mejor, con los aprendizajes positivos: las limpiezas producidas en redes, el aprecio por el tiempo, que se ha llenado siempre de sentido; el recuperar ritmos vitales más serenos y profundos, el crecer en el agradecimiento por lo sencillo y básico de la vida, por lo que no apreciamos cuando nos instalamos en la rapidación. El descubrir lo pro-vocativo de esta situación, provocación, como dice Pepa comentando el evangelio de hoy (Jn 16, 12-15), al amor, a la fraternidad, a la gratuidad y al misterio de comunión con toda la vida.

Me temo que el retorno a la pretendida normalidad seguirá estando trufado de bastantes cosas podridas. Menos mal que como lo podrido suele desprender un olor insoportable, se puede identificar y aislar rápidamente. Seguiremos pidiendo, porque hace falta, ese Espíritu de Jesús que nos guíe hasta la verdad plena, y seguiremos transitando periferias vitales donde encontrarlo.


Comentarios

  1. "Me temo que el retorno a la pretendida normalidad seguirá estando trufado de bastantes cosas podridas." Me temo que sí. Cuando la mayoría de la gente anda buscando volver a la normalidad, creo que deberíamos estar buscando y construyendo un nuevo estilo de convivencia más humana y respetuosa.

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