Orar en el mundo obrero. 16º domingo del tiempo ordinario
Toda nuestra vida es la misma mezcla de trigo y cizaña. Lo es mi vida personal y familiar, lo es el trabajo, lo son los ambientes donde se desenvuelve mi existencia, lo son las instituciones que debieran servir a las personas. Todas esas realidades necesitan de mi siembra, de mi abono, de mi paciencia, de la búsqueda de la manera de encarnar en ellas la Palabra, para que sea acogida y se manifieste su potencia liberadora.
Acojo en mi oración en el mundo obrero esas situaciones y circunstancias, las personas que las habitan, las que más necesitan, conmigo, hacer vida la sabiduría del evangelio.
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