Orar en el mundo obrero, Domingo 5 TO

El contacto, la escucha, la relación humana, el encuentro, son sanadores. Todos los necesitamos. Para ello hace falta la cercanía vital, la encarnación, compartir la vida. Muchas veces pensamos que la humanización de nuestra vida requiere de acciones grandiosas. En realidad, son los pequeños gestos humanizadores los que nos ayudan a avanzar, porque se hacen transparencia del cuidado amoroso de Dios. Lo proclamamos así en el salmo responsorial (146) de la Eucaristía de este próximo domingo: Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.

Y si algo no nos falta, últimamente, son corazones destrozados que sanar. Oramos para poder sanar

Comentarios

  1. Job recela que no va a llegar a conocer la dicha, y san Pablo se siente abocado a ser débil con los débiles. Vivimos un tiempo muy complicado por la pandemia y todos podemos estar en línea con lo que recela Job, con no ver la salida a esta situación. En cambio Pablo tiene muy clara las cosas: la única victoria está en hacerse todo para todos. Como Jesús, nuestra misión es la de servir a los débiles.

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